Esta es la casa de ensueño a la que Inés Sastre dice adiós en París, decorada por un interiorista francés

• Inés Sastre se muda a Madrid: los rincones más fascinantes de su hogar en París
• Inés Sastre, una vida ‘secreta’ en París, un amor por confirmar y su refugio en España

Hay casas que te invitan a soñar. Hay hogares que son diarios o cuentos en forma de paredes, reflejos de una vida llena de momentos, y la de Inés Sastre en París era justo eso: un universo personal creado con sensibilidad y mucho carácter. Tras más de treinta años en la capital francesa e instalada en la española desde 2020, la icónica modelo ha decidido cerrar este capítulo, y lo ha compartido a través de su perfil de Instagram.

En los últimos días, hemos podido comprobar que ha llegado la hora de decir adiós al que ha sido su refugio parisino durante años. Ubicado cerca del Trocadero, con vistas de ensueño y una luminosidad que acariciaba cada rincón, la vivienda parisina de Sastre fue decorada por el sorprendente Vincent Darré, interiorista conocido por sus atmósferas surrealistas, llenas de color, guiños artísticos y teatralidad.

Su colaboración dio como resultado un espacio que, más que habitado, parecía imaginado: papeles pintados que cuentan historias, alfombras diseñadas en forma de tijeras, en alusión juguetona al apellido “Sastre”, y una disposición de objetos que mezclaba lo funcional con lo fantástico. Un sueño posiblemente hecho realidad para la modelo española.

Pero los nuevos vientos soplan desde Madrid, ciudad a la que Inés regresó para reencontrarse con sus raíces y su presente. Aun así, el desprenderse de un espacio tan íntimo nunca es fácil. La casa de subastas PIASA, en pleno corazón de París, anunciaba para el 23 de abril una subasta muy especial: la venta por piezas de algunos de los objetos más singulares del apartamento de la modelo, seleccionados por ella misma y su decorador.

Se trata de piezas con historia, con alma, que ahora buscan nuevos escenarios u hogares para ser apreciadas. Desde lámparas estratégicamente ubicadas hasta muebles con reminiscencias barrocas, cada objeto evoca la esencia de un lugar que supo reflejar quién es Inés Sastre mucho más allá de su faceta profesional.

De este modo, aunque el apartamento parisino ya no forme parte de su presente, su huella permanece. Inés Sastre no solo deja atrás una dirección postal, sino un universo entero donde la estética fue lenguaje y el diseño, una forma de vida. Un lugar que, aunque se fragmente en la subasta, seguirá siendo entero en la memoria de quienes lo conocieron, lo vivieron o quienes seguimos soñando con este cuento en forma de paredes.