Mar García Vaquero reaparece junto a Felipe González, en Cáceres y con el Rey

Con una presencia siempre discreta y alejada del foco mediático, Mar García Vaquero ha vuelto a dejarse ver en público junto a su marido, el expresidente socialista Felipe González, tras meses de ausencia. Lo han hecho en Cáceres y junto al rey Felipe VI. Su última aparición databa de junio de 2024, y su asistencia a este acto ha generado gran interés tanto por el simbolismo del evento como por su elección estilística.

La economista eligió para la ocasión un conjunto floral primaveral de la firma Max & Co, compuesto por la blazer Raquel en tono pastel rosa y pantalones del mismo estampado, un estilismo elegante y acorde al entorno institucional.

Felipe González, fiel a su estilo sobrio, lució un traje azul marino con corbata a juego, manteniendo la elegancia que le caracteriza. La pareja se mostró sonriente, relajada y cómplice durante toda la ceremonia, en la que también estuvieron presentes destacados nombres de la política nacional, como el expresidente Mariano Rajoy.

El matrimonio entre González y García Vaquero tuvo lugar en 2012 en una ceremonia celebrada con absoluta intimidad en la Junta Municipal de Retiro, en Madrid, a la que solo asistieron dos testigos del círculo más cercano de la pareja. Desde entonces, han mantenido una vida conjunta marcada por la discreción y la privacidad, especialmente en lo referente a sus apariciones públicas.

Uno de los refugios habituales del matrimonio es Extremadura, región con la que ambos mantienen un estrecho vínculo. En el mismo año de su boda, adquirieron ‘El Penitencial’, una finca de 50 hectáreas y 600 metros cuadrados en la provincia de Cáceres. Allí disfrutan de escapadas frecuentes, alejados del bullicio de la capital, y han recibido visitas de personalidades como Susana Díaz o Alberto Núñez Feijóo, quien se alojó allí en 2021 durante una delicada etapa interna del Partido Popular.

La conexión con estas tierras es profunda. Felipe González realizó allí el servicio militar y, desde entonces es un asiduo a la región. Una afinidad que ha trascendido generaciones: su hija María, junto a su marido Eric Bergasa, ha impulsado un proyecto de turismo rural sostenible en una zona cercana a la finca familiar, consolidando el arraigo de la familia en Extremadura.