La entrevista más íntima sobre el nuevo Papa León XIV: vio 'Cónclave' hace poco, juega al wordle a diario... entre otros detalles personales

"Es totalmente irreal, el teléfono no ha dejado de sonar, llamadas, mensajes, emails sin parar... no he tenido tiempo de pararme a pensar, pero es totalmente surreal, tremendo. También es algo para estar muy orgulloso". El hermano del Papa, John Prevost, vive en Port Charlotte, en el suroeste de Florida. A las puertas de su casa, en un barrio típico de las afueras, el hombre lleva horas intentando satisfacer la curiosidad de los medios de comunicación. Durante una entrevista con Telemundo, de la que reproducimos un fragmento, reveló varios detalles personales de León XIV, el nuevo Papa, hasta hace unas horas simplemente su hermano pequeño, Robert.

John Prevost explicó que había hablado con su hermano justo antes del cónclave y compartió parte de esa conversación: "Solemos hacer wordle [el juego diario de adivinar una palabra de cinco letras] a diario, es algo que hacemos siempre. Luego también hicimos otro juego, 'Words with friends'. Mi idea era distraerlo de la vida real. Luego ya hablamos de lo que estaba pasando, bromeé con él y le pregunté: "¿Tienes ya tus calcetines rojos?" No le cayó muy bien. Seguimos hablando, le pregunté si estaba realmente preparado para lo que venía. "¿Has visto la película 'Cónclave' para saber cómo comportarte estos días?" Y él acababa de verla [risas], así que sabía lo que tenía que hacer. Le pregunté esas cosas para distraerlo un poco. Había que reírse un poco porque estaba viviendo un momento de gran responsabilidad".

La familia tenía la intuición de que esto podía ocurrir, pero el propio Leon XIV descartaba la idea. "Nosotros teníamos una ligera sensación, pero él no lo creía en absoluto. Yo sí porque lo que leía y escuchaba era que había tres candidatos sobresalientes que estaban en primer, segundo y tercer lugar. El cardenal de Filipinas, el secretario de Estado y él. Y no sé qué habrá de cierto pero uno de los sacerdotes de Providence me dijo que en Las Vegas las probabilidades de que le tocara a mi hermano eran de 18 a 1. Pensé que estaba bromeando pero era verdad. Se lo dije a Rob y no lo creyó, yo tampoco. Debo decir que el papa León no lo creyó en absoluto. La actitud era que no podía haber un papa estadounidense".

Al final sí lo fue, como vimos ayer pasadas las seis de la tarde cuando una nueva página de la historia se escribió con los hilos del humo de la fumata blanca. Desde entonces, todo el mundo ha intentado conocer un poco mejor a Robert Francis Prevost Martínez, León XIV. Su hermano John explicó cómo creció junto al resto de su familia en Dalton. "Creo que fue una infancia normal. No hay mucho que pueda contarte sobre él porque se fue al seminario nada más terminar el octavo grado. Fue directamente a la escuela secundaria y luego al Agustinian College en Villanova, y luego al año de teología, así que no pasaba mucho tiempo en casa, salvo en las vacaciones de verano. Durante el año no pasaba mucho tiempo con nosotros. De sus años de instituto no sé nada, la verdad".

En realidad, la familia solo lo veía en Semana Santa, Navidad y en verano. "Con eso bastaba, nuestros pobres padres... ¡tres chicos! Mi hermano Louis es el mayor, yo el mediano y el nuevo Papa el menor". En realidad, los dos hermanos pequeños solo se llevan un año, y aunque siempre supieron que el destino de Rob era ser sacerdote, cuando se fue tan pequeño de casa fue un momento de tristeza para toda la familia. "Sabíamos que era especial. Solíamos bromear con él diciéndole que sería papa cuando tenía 6 años".

El periodista le preguntó si le quería dar un consejo al nuevo Papa. John se ríe, resopla y confiesa. "¿Sabes? Es que normalmente es al revés, es él quien nos da consejos a nosotros. A él solo le diría: 'sé tú mismo, es todo lo que tienes que hacer'". ¿Y si sus padres levantaran la cabeza? "Creo que se hubieran quedado sin palabras. Estarían extremadamente orgullosos. Solo le vieron llegar al sacerdocio, nunca vieron al obispo ni al cardenal, pero sí le visitaron en las misiones de Perú. Fueron a visitarlo por su trabajo, quedaron muy impresionados con lo que hacía".

La vocación temprana de su hermano Robert fue siempre muy evidente. "Él sabía que quería ser sacerdote ya desde primer grado, nadie dudaba de ello. La pregunta que se hacían nuestros padres era si sería sacerdote diocesano y trabajaría en una parroquia o sería sacerdote de una orden; él eligió ser agustino, fue una decisión muy personal".

Ahora, cuando toma el mando de la iglesia católica, el sentimiento de su hermano es de orgullo pero también de tristeza: "Siento que su vida tal y como la conocíamos se acabó".