La sentencia, a punto: el caso que mantiene en prisión a Pietro y Rocco Costanzia

Es una historia compleja en la que se mezclan drogas, sexo, violencia, aristocracia y prensa rosa. La detención y encarcelamiento de Pietro y Rocco Costanzia, hijos de Carlo Costanzia, expareja de Mar Flores y padre de su primer hijo, ha llenado páginas tanto en España como en Italia.

Los jóvenes fueron detenidos hace más de un año en Turín, acusados de intento de homicidio a otro joven. Oreste, la víctima, fue apuñalada en la pierna por Pietro, el mayor de los Costanzia, y como consecuencia de la agresión le tuvieron que amputar de rodilla para abajo.

La historia, como decíamos, tiene muchas aristas y algunas claves futuras: este próximo jueves 22 de mayo la jueza dictará sentencia. Los acusados se acogieron a la vía rápida, una modalidad que permite la justicia italiana y que abrevia mucho los procesos.

Las claves

Así pues, el día 22, cuando la jueza comunique su decisión a las partes, pueden suceder dos cosas. Que los fiscales, que son dos -algo poco corriente- quieran presentar alegaciones a la sentencia, lo que alargaría el proceso unos días más -el 3 de junio es el límite- porque la defensa puede contestar después. O que la sentencia se haga pública.

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Vanitatis ha entrevistado a Willmer Perga, abogado de los acusados, y con él analizamos el caso y las decisiones que tomará la ahora familia del clan Campos (Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos, es la pareja del mayor de los hijos de Carlos Costanzia). Perga ha aparecido en ‘La Familia de la Tele’ (La1) y aquí tenemos todos los datos.

“La sentencia es apelable. Hay que ver qué decidirá el juez, si la sentencia es favorable, no la apelaremos; si no es favorable, efectivamente sí”. Perga tiene claro, con todo, que Pietro será condenado, puesto que ha admitido los hechos. Lo que no entiende y analiza con “sorpresa” es la situación de Rocco, el hermano menor.

El suceso

Los hechos sucedieron en marzo de 2024 en el barrio de Mirafiore, crecido a las afueras de Turín al calor de la fábrica de Fiat. Pietro Costanzia supo que Oreste, la víctima, había intentado comprar una pistola para matarle y decidió ir a buscarlo. Llamó entonces a su hermano Rocco, que estaba en casa de sus padres y que decidió acompañar a su hermano para protegerlo de sí mismo y de los demás. Cada uno en una moto, condujeron una media hora hasta la calle Panizza, donde el joven que había contado a Pietro que Oreste quería matarle le contó también donde estaba.

Una vez en el lugar, Pietro se bajó de su moto y trató de alcanzar a Oreste, que huía en un monopatín. Pietro se subió a la moto de su hermano, le pidió que acelerara, bajó el brazo cuando estaba a la altura de la víctima y le dio un golpe con un cuchillo en la pierna izquierda, debajo de la rodilla. Oreste se bajó del patín y trató de caminar unos pasos hasta que cayó al suelo.

Allí, cuando Pietro vio el charco de sangre, amenazó a su víctima de nuevo, huyó con su moto, reservó una habitación de hotel con su novia y se escondió. La policía lo detenía horas después. Y al rato detenían a Rocco en casa de sus padres, a donde había ido después de la agresión cometida por su hermano.

"Apelaremos"

Nadie en la familia Costanzia y entre los amigos del joven comprenden qué ha sucedido en la vida de un deportista de elite que lo tenía todo para triunfar y que lleva encarcelado más de un año por acompañar a su hermano y, según ellos dicen, tratar de protegerlo. “No quería que su hermano hiciese nada malo y por eso fue con él, iban incluso en dos motos diferentes, por eso no sabía siquiera que llevaba un cuchillo. Lo que Rocco pretendía era que su hermano Pietro no hiciera una locura y que nadie le hiciera nada a él”, señala Wilmer Perga.

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Sentado en su enorme despacho en una zona noble de Turín, atiende a quien esto escribe y mientras habla gesticula y rebusca frases, hechos y pruebas entre los cientos de páginas que llenan su mesa. Lleva una chaqueta de color ‘azul klein’ y unas zapatillas deportivas Hoka, lo que denota su pasión por el running y los maratones. Deportista activo, de sus paredes cuelgan fotografías de sus triunfos, tanto en la meta atlética como en el esquí y hasta en el motociclismo. Junto al deporte, muchas imágenes del Che Guevara, lo que nos lleva a recordar que fue defensor de las Brigadas Rojas tiempo atrás.

Su experiencia es amplia y el análisis que hace del caso sirve para entender a qué se enfrentan estos jóvenes de buena familia que se adentraron en el lado oscuro de la vida. “La sentencia seguramente será de condena porque Pietro ha admitido haber hecho esto. Aunque no debería ser de intento de homicidio, no con la gravedad que se ha proyectado… si el juez tiene en cuenta y aplica todas nuestras alegaciones, será una sentencia, esperamos, muy suave y, entonces, no la apelaríamos”.

Pistolas y cuchillos

Perga se refiere a la tesis básica de su defensa: que Pietro nunca intentó matar a la víctima sino que quiso amenazarle y le dio un golpe con un cuchillo que resultó ser mucho más grave de lo que pensaba. Esta teoría, sin embargo, no concuerda en absoluto con la de la Fiscalía, que ha señalado a ambos hermanos. Es más, ha llegado a hablar de organización familiar criminal, porque ha incluido al padre en el caso y pide una condena de seis meses para él. Para los jóvenes, son 14 años de prisión para Pietro, y 9 para Rocco.

PREGUNTA. Familia, amigos, todos hablan de Rocco como una víctima de su hermano y reclaman que se le declare inocente. ¿Por qué?

RESPUESTA. Rocco está en una posición muy inferior y, a mí parecer, el hecho de que ya esté en prisión es suficiente. Rocco podría tanto haber estado como no haber estado en los hechos, porque no ha sido determinante en los acontecimientos.

P. ¿Podría decirnos algunas de las pruebas de las que usted habla y que exculparían en cierto modo a los hermanos de la acusación de homicidio?

R. Sabemos que este chico, el agredido, buscó en internet, durante 8 días, para comprar un arma. Ya había cerrado el precio, no tenía dinero suficiente, pero la policía ha descubierto incluso quienes eran las personas que le iban a vender el arma.

P. ¿Iba a matar Pietro?

R. Así es. Es decir, la idea de Pietro era más pacífica de lo que se ha dicho. Quería simplemente encontrarlo… pero no para hacer lo que hizo. El problema es que cuando lo encontró, al haberse enterado de que el agredido buscaba un arma para matarlo, para hacerle daño, todo acabó como acabó. Pero el hecho es consecuencia de lo que había sucedido antes. Y eso lo tiene que tener en cuenta la jueza, la dinámica del grupo es fundamental para entender por qué Pietro hizo lo que hizo.

P. Hablábamos de la acusación de organización criminal familiar. El padre de los chicos, Carlo, no pude siquiera ir a visitarlo a la cárcel…

R. El padre no puede ser condenado, estoy seguro de que será absuelto. El padre está imputado por haber dado un contrato de alquiler para demostrar que Pietro y su novia convivían, lo que acabó haciendo que la novia pudiera tener un vis a vis con Pietro. Y eso no es delito porque no se inventó nada: Carlo estaba pagando el piso a su hijo, con lo que el contrato estaba a su nombre, no es que lo organizara para que la chica pudiera entrar en prisión, es que es como es.

Vidas rotas

Una de las cuestiones que Perga considera que ha perjudicado la imagen de la familia Costanzia es la actitud del padre, de Carlo, que muerto de miedo ante lo que les puede suceder a sus hijos, se ha comportado a la defensiva con la prensa y con todo aquel que se ha acercado a él. Pero en el fondo, “hablamos de un hombre destrozado, de una familia totalmente destruida”.

El día 22, es decir, en una semana, sabremos si la juez da por buenas las pruebas y argumentos de la defensa o si da por veraz los de la Fiscalía. Lo que queda claro es que la víctima de este caso, el joven Oreste, nunca recuperará la pierna. Y que su agresor, Pietro, nunca recuperará su vida anterior. Como tampoco lo hará el hermano menor, Rocco, un deportista de elite que decidió tomarse un descanso, que llevaba un mes viviendo en Turín a donde llegó desde Barcelona, y terminó metido en un conflicto que ha roto su futuro. Un día cualquiera, en un barrio cualquiera, un solo minuto y toda una vida cambia. Para siempre.