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Marina Carmona: “Me emociona cantar hoy porque la noche de San Isidro fue cuando mis abuelos se conocieron”
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ENTREVISTA

Marina Carmona: “Me emociona cantar hoy porque la noche de San Isidro fue cuando mis abuelos se conocieron”

Marina Carmona actúa hoy en la pradera de San Isidro. Horas antes, habla con Vanitatis sobre su primer disco, una obra que recoge su identidad, los valores que le han sido transmitidos y nos abre su álbum familiar.

Foto: Marina recién nacida junto a sus padres Antonio Carmona y Mariola Orellana en una imagen de álbum familiar inédita. (Cortesía)
Marina recién nacida junto a sus padres Antonio Carmona y Mariola Orellana en una imagen de álbum familiar inédita. (Cortesía)

“Me emociona cantar hoy porque la noche de San Isidro fue cuando mis abuelos se conocieron. Siento que, desde arriba, van a estar acompañándome”, dice Marina Carmona con una ternura que no busca adornos, solo verdad. Habla de sus abuelos maternos, de una historia que empezó bajo el cielo festivo de Madrid y que hoy, en forma de círculo perfecto, la encuentra sobre un escenario cargado de memoria.

placeholder Una imagen de los abuelos maternos de Marina Carmona de álbum familiar. (Cortesía)
Una imagen de los abuelos maternos de Marina Carmona de álbum familiar. (Cortesía)

Nació bajo un apellido que no pasa desapercibido: hija de Antonio Carmona y Mariola Orellana, nieta del mítico Juan Habichuela. Durante años caminó envuelta en esa herencia brillante que también puede pesar como una piedra. Pero el tiempo, el trabajo silencioso y una búsqueda honesta le dieron lo que andaba buscando: su voz. Hoy, con Mi Identidad —el título de su primer disco y también de su declaración vital—, Marina ha encontrado el equilibrio entre el linaje y la libertad. Ya no carga con un nombre: lo encarna.

Para mí la música es la vía de expresión más sana para las emociones

placeholder La imagen de la portada de ´Mi identidad´ el primer disco de Marina Carmona. (Aleflo)
La imagen de la portada de ´Mi identidad´ el primer disco de Marina Carmona. (Aleflo)

Creció en una casa donde la música no era solo un sonido, sino el hilo conductor de todo lo que sucedía. “Mientras nacía mi hermana Lucía, mi padre le cantaba. Cuando nací yo, se desmayó”, recuerda entre risas. Ese momento quedó reflejado en ´Acaba de nacerla canción que Carmona dedicó a la llegada de su hija, una melodía que traduce la emoción del instante en un lenguaje sin palabras.

placeholder Marina junto a su padre en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Marina junto a su padre en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

Para Marina, la música ha sido siempre un refugio y un vehículo de expresión. “Es una manera de colocar emociones que se nos enquistan. Siento la música como la forma más sana de transmitir un sentimiento y expresarlo”, afirma. Así, en ´Contar hasta diez´, la canción que escribió antes de que su sobrino naciera, se condensan sus sentimientos hacia un ser que aún no veía la luz, pero que ya ocupaba un espacio importante en su vida. Esta canción forma parte de Mi Identidad, su primer disco, que recoge las huellas de su recorrido personal y artístico, transformando vivencias y emociones en un relato musical.

Descubrí que el escenario me transformaba, haciendo desaparecer mi timidez

placeholder Marina Carmona durante un concierto. (Cortesía)
Marina Carmona durante un concierto. (Cortesía)

No soñaba con ser artista. Cantaba bajito, al oído de sus padres, frente al espejo o en los trayectos del coche, como si la música fuera un secreto que solo podían conocer los suyos. “La música estaba en mí de forma orgánica, pero era muy pudorosa. Nunca cantaba en público”, recuerda Marina. Hasta que un día, en una función de la universidad, se atrevió. Eligió una pieza de óperaLa zingarella — y subió al escenario por primera vez. “Ahí viví una transformación. Sentí como si llevara una máscara. Mi timidez se esfumó y descubrí que el escenario te permite ser camaleónica”.

Las dos giras de su vida: en familia y C. Tangana

Frente al escenario, Marina recuerda bien aquella primera vez. También recuerda la otra: la primera en la que cantó junto a su padre, en el Casino de Barcelona, hace ya más de una década. Desde entonces, ha atravesado dos experiencias que marcaron su crecimiento como artista. “Siento que he tenido dos másteres: uno ha sido acompañando a mi padre de gira, que es donde he cogido grandes tablas, y otro ha sido en la gira de C. Tangana”.

Disfrutamos mucho cantando en familia

placeholder Marina en su concierto de la Sala Villanos, antigua Sala Caracol junto a su padre Antonio. (Gtres/Jon Imanol Reino)
Marina en su concierto de la Sala Villanos, antigua Sala Caracol junto a su padre Antonio. (Gtres/Jon Imanol Reino)

De esa última etapa conserva algo más que aprendizaje. “Estoy muy agradecida a Pucho porque gracias a aquella gira mi hermana y yo nos unimos muchísimo, era la primera vez que compartíamos tanto tiempo profesional juntas”. Ahora es Lucía quien también comparte escenario con su padre. “Y para mí no hay nada como cantar con ella. Hay algo ahí, cuando estamos en familia en el escenario, que no se puede explicar, lo disfrutamos mucho”.

De C. Tangana he aprendido la disciplina con tu proyecto y la importancia de rodearte de grandes músicos, productores…

placeholder Marina junto a su hermana Lucía Fernanda en el estudio. (Cortesía)
Marina junto a su hermana Lucía Fernanda en el estudio. (Cortesía)

Cuando el telón cayó en el primer concierto de la gira ´Sin cantar ni afinar´ en Málaga, el público estalló. Marina, de pie sobre el escenario, sintió como el aire se le comprimía en el pecho. “Veníamos de tres meses de ensayos de sol a sol y, de repente, ver todo ese esfuerzo materializado, aquel estadio lleno y la locura que se desató en cuanto el escenario se iluminó… Creo que es el momento más fuerte que he vivido en un escenario”.

placeholder Marina junto a su hermana Lucía durante los mtvmiaw. (Cortesía)
Marina junto a su hermana Lucía durante los mtvmiaw. (Cortesía)

De la gira con Tangana no sólo se llevó tablas. También una lección: “Aprendí la disciplina que tienes que tener con tu proyecto y que la clave de la excelencia está en no conformarte, en rodearte de buenos productores, buenos músicos y un gran equipo.” Esa misma exigencia ha guiado el proceso de su primer disco. “He estado muy abierta a escuchar opiniones y empaparme de ellas”.

“Estuve más de tres años trabajando en mi disco

placeholder Marina en una imagen de su disco ´Mi identidad´. (Aleflo)
Marina en una imagen de su disco ´Mi identidad´. (Aleflo)

Su fusión del flamenco y el francés

Cuando regresó de varios meses de gira junto a C. Tangana, Marina sintió la necesidad de parar y recogerse. De traducir esa experiencia en música propia y continuar, ahora sí, la búsqueda de su voz. “Necesitaba encontrarme. Estuve más de tres años trabajando en mi disco. No quería caer en la moda de la música de inmediatez, ni conformarme con cualquier cosa”.

placeholder Marina Carmona en un posado para su disco ´Mi identidad´. (Aleflo)
Marina Carmona en un posado para su disco ´Mi identidad´. (Aleflo)

"Con el paso del tiempo ha entendido que forma parte de un legado. “Pertenecer a una familia que la gente respeta tanto musicalmente me hizo ver que no podía conformarme con hacer un disco de flamenco-pop sin más. Quería ir más allá, encontrar un estilo propio con el que diferenciarme".

Siento el francés como parte de mi identidad

placeholder Marina durante un concierto en la Sala Jovellanos, antigua Sala Caracol. (Cortesía)
Marina durante un concierto en la Sala Jovellanos, antigua Sala Caracol. (Cortesía)

Uno de los caminos que la ha llevado a ese lugar propio ha sido la fusión entre el flamenco y el francés. Desde los dos años estudió el idioma, y desde niña escuchó artistas francófonos en casa, pero fue al versionar ´Ne me quitte pas´ cuando algo hizo clic. “El francés lo siento como parte de mi identidad. Tiene algo del dolor del flamenco, esa misma rabia contenida. Ya no imagino un concierto sin esa canción”. Con el tiempo, ha ido entrelazando ambos mundos, como en su versión de ´La historia de un amor´, donde alterna versos en español y francés. “Tengo mucho respeto por ese idioma y cuido mucho el universo que estoy creando a su alrededor”.

Las canciones hay que aprender a soltarlas

placeholder Las canciones de ´Mi identidad´ el primer disco de Marina Carmona. (Cortesía)
Las canciones de ´Mi identidad´ el primer disco de Marina Carmona. (Cortesía)

La sensibilidad y la musicoterapia

Durante la conversación, Marina va trenzando pasado y presente como si dibujara, sin prisa, la arquitectura de su porvenir. Recuerda que, de niña, encontraba en las cartas y en los papeles escritos una vía para ordenar lo que sentía. Hoy, ha trasladado esa necesidad a la composición. “A veces sientes tan tuya una letra que te da miedo exteriorizarla, o piensas que siempre puedes mejorarla. Pero las canciones hay que aprender a soltarlas. Cuando una canción está bonita y te ha llegado al alma, hay que dejarla ir. Que deje de pertenecerte y vuele hacia donde tenga que estar”.

Creo mucho en la musicoterapia y en que es una forma de sanación

placeholder Marina Carmona en una imagen de niña de álbum familiar. (Cortesía)
Marina Carmona en una imagen de niña de álbum familiar. (Cortesía)

De sus inicios, Marina guarda en la memoria los días en los que su primo Carlitos la acompañaba a cantar en centros sociales: “Antes de comenzar a girar con mi padre, íbamos juntos. Recuerdo que había lugares en los que casi ni nos miraban, y él me preguntaba: ‘¿Por qué hacemos esto?’ Y yo le respondía: ‘Porque cuando estemos en otros lugares, nos acordaremos de este momento”. Una intuición que, con el tiempo, se demostró certera. Aquellas primeras experiencias siempre la acompañan.

placeholder Marina junto a su padre en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Marina junto a su padre en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

“Tengo un amigo con parálisis, y hace poco estuve cantando en el centro en el que está. Fue muy bonito. Creo profundamente en la musicoterapia, es una vía de sanación real que te lleva a lugares profundos. Ejercita la mente y las emociones…”.

El escenario es un templo muy sagrado, hay que saber cómo subirse a él. Le tengo mucho respeto

Marina se encuentra ahora en un punto de agradecimiento tras más de tres años sumergida en su música y en la creación de su propio proyecto. Hoy, lo que ha cultivado con tanto esfuerzo se materializa en grandes escenarios: "Doy las gracias porque para mí el escenario es un templo muy sagrado, hay que saber cómo subirse a él, yo le tengo mucho respeto. Hacer un concierto en un lugar tan emblemático como la sala Luz de Gas en Barcelona, o ahora en la pradera de San Isidro...", relata con emoción.

placeholder Marina junto a sus padres y su hermana en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Marina junto a sus padres y su hermana en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

"He visto a mis padres luchar siempre, trabajar sin descanso para conseguir sus sueños. Y no de manera metafórica, sino buscando continuamente la manera de seguir creando, de seguir trabajando. La industria de la música no es sencilla, y mucho menos mantenerse. Incluso en los momentos de mayor éxito, ellos nunca han dejado de agradecer, y eso es lo que me han transmitido. Por eso, cada escenario que piso, sea de más o menos aforo, cada canción que compongo y se produce, cada colaboración que hago, doy las gracias. Estoy muy agradecida".

Me siento parte de una tribu, veo a mi familia como tal

placeholder Marina junto a su madre Mariola Orellana en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Marina junto a su madre Mariola Orellana en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

Marina cierra la conversación acompañada por la banda sonora de su vida. En esta ocasión, pone de fondo la canción ´Tienes que vivir´ de Rosario, mientras explica que se la dedicó a su padre cuando estuvo muy enfermo. "Mira, escucha", me dice, y la melodía suena: Eres jefe de una tribu, esa tribu donde vivo yo. "Yo me siento parte de una tribu, siento mi familia como tal. Ahora ellos están disfrutando de todo lo que han construido, con muy buenos amigos, compañeros, proyectos bonitos... Eso es lo que se queda de mi tribu, y lo que yo quiero seguir dejando en herencia para lo que venga”.

placeholder Marina junto a su padre y Rossy de Palma durante su concierto en la Sala Jovellanos para presentar ´Mi identidad´
Marina junto a su padre y Rossy de Palma durante su concierto en la Sala Jovellanos para presentar ´Mi identidad´

Con cada paso que da, Marina continúa su viaje. No busca solo resonar en los escenarios, sino transmitir algo mucho más profundo. Porque la verdadera música no se mide en aplausos, sino en la huella que deja, y en cómo se conecta con quienes la escuchan, y cómo, a su vez, nos conecta a todos. Lo que importa, en última instancia, es lo que se crea al caminar, lo que se comparte y lo que se deja atrás.

“Me emociona cantar hoy porque la noche de San Isidro fue cuando mis abuelos se conocieron. Siento que, desde arriba, van a estar acompañándome”, dice Marina Carmona con una ternura que no busca adornos, solo verdad. Habla de sus abuelos maternos, de una historia que empezó bajo el cielo festivo de Madrid y que hoy, en forma de círculo perfecto, la encuentra sobre un escenario cargado de memoria.

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