El lado más personal de Joaquín Prat: de sus dos bodas a sus seis hijos, su herencia en televisión y su desconocido pasado en Suiza

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El 3 de junio de 1995, fallecía a los 66 años Joaquín Prat a causa de un infarto de miocardio. El adiós a uno de los rostros más importantes de la pequeña pantalla en España, junto a otras estrellas como su amiga y compañera Laura Valenzuela o Carmen Sevilla, otra artista multidisciplinar que arrasó en televisión.

Nombres que marcaron a diferentes generaciones a lo largo de las décadas, viviendo el salto del blanco y negro al color (en términos de rayos catódicos y metafóricos). Sin embargo, hoy no ponemos el foco en su faceta más profesional, sino en cómo era Joaquín Prat al apagarse las cámaras. Así, recordando su muerte en su 30º aniversario, repasamos la vida personal del presentador.

Joaquín Prat Carreras nació en Játiva, en la Comunidad Valenciana, 27 de abril de 1927, donde sus padres tenían una cristalería. Llamado Ximo por sus amigos de las Escuelas San José de los Jesuitas de Valencia, era un gran aficionado al fútbol. Aunque su carrera profesional se encaminó hacia el Derecho, carrera en la que se matriculó.

Sin embargo, todo cambió en su tercer curso, cuando la empresa familiar quebró y tuvo que buscarse un trabajo. Primero lo intentó en Madrid, trabajando de oficinista en la fábrica Standard Eléctrica. Sin embargo, finalmente optaría emigrar al extranjero en busca de un trabajo mejor, como tantos jóvenes en la posguerra. Primero llegó a Suiza, de donde lo expulsaron al no tener contrato de trabajo, y después viviría en diferentes países europeos.

Una experiencia que le llevó a aprender francés, italiano y francés. "Las pasé canutas. Tuve que fregar platos, vender helados, ejercer de recepcionista de un hotel y hasta extraer nabos en el campo para poder ganarme la vida", recordó al periodista Manuel Roldán en 'Pronto'.

Sin embargo, su suerte cambiaría con su regreso a los 26 años a Valencia, en 1953, cuando comenzó a trabajar para RNE en la sección local. Así, comenzaría una carrera vinculada a los medios de comunicación que le llevaría al estrellato en la radio y la televisión, con programas como 'Carrusel deportivo', 'Galas de sábado', 'El precio justo' o 'Un millón para el mejor'.

Un éxito en lo laboral, que se complementó con una sólida vida familiar. Al lado de su primera mujer, Anne McKiernan, tuvo a sus dos hijas mayores, Annabelle y Susan, que viven lejos de la fama. La pareja se separaría pocos años después, aunque el divorcio no se oficializaría hasta 1984. Antes el amor había vuelto a llamar a la puerta de Joaquín Prat.

Durante un viaje en avión conoció a la azafata danesa Marianne Sandberg, con la que fue padre de cuatro hijos más, Joaquín, Alejandra, Federico y Andrea. Una relación que en sus comienzos no fue fácil, con una vida a caballo entre España y Dinamarca y con la familia de Sandberg escéptica, por los 23 años que separaran a la pareja. Sin embargo, finalmente lograron casarse y disfrutar de su familia numerosa, que ha mantenido su herencia en los medios de comunicación.

Así, tanto Joaquín como Alejandra y Andrea se dedican al mundo de la televisión, siguiendo el legado de su padre. De hecho, ayer mismo, el presentador de 'Vamos a ver' quiso dedicar unas palabras de recuerdo a su padre ante este aniversario tan especial.

"Pues espero que esté orgulloso de que su hijo ha entendido que en esta vida lo que vale es el esfuerzo, el trabajo, la constancia y el sacrificio, que es lo que él me inculcó. Trabajar duro, trabajar, trabajar, siempre", aseguró sobre cómo le estaría viendo su padre. Muy presente en las redes sociales de sus 3 hijos más conocidos, es habitual verles compartir fotografías y recuerdos de la vida de su padre, la forma perfecta de recordar a Joaquín Prat más allá de la televisión.