Sara Carbonero muestra un rincón muy especial del jardín de su casa, con esta planta tan típica de España que está llena de magia

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El verano es la época ideal para disfrutar de planes al aire libre. No solo en la naturaleza, en festivales de música o en un afterwork al atardecer, sino también dentro de casa. Por eso, si eres de los afortunados que cuentan con una terraza, un jardín o un balcón, es el momento de saborearlos al máximo.

Así lo han demostrado Chenoa, con su coqueto piso con terraza en Madrid, o Victoria y Cristina Iglesias, las gemelas de Julio Iglesias, que están aprovechando cada rincón de su gran finca en Málaga. Espacios donde no puede faltar el toque verde de las plantas naturales, como corrobora el jardín de Sara Carbonero.

La periodista reside en un chalet a las afueras de la capital junto a sus dos hijos. Un hogar del que muestra pequeñas pinceladas en sus redes sociales, especialmente cuando comparte planes con la familia y amigos. Sin embargo, en esta ocasión no ha mostrado una pieza de decoración o un nuevo mueble, sino un rincón muy especial de su jardín.

Sara Carbonero ha querido mostrar a sus casi 4 millones de seguidores de Instagram lo feliz que está por una de las plantas que adornan su jardín. "Mi romero está así de grande", compartía en sus historias de la red social junto al emoticono de un corazón verde. Un entusiasmo por el buen estado de esta planta tan típica de España que debería ser obligatoria en todas las casas.

Los secretos del romero, un tesoro natural

No solo por sus beneficios para salud, sino también por su fácil cuidado y por su aire místico desde hace siglos. Perenne y de origen mediterráneo, el romero es una planta muy agradecida incluso para los menos diestros con la jardinería. Resistente a la sequía y capaz de vivir en suelo o en maceta, bastan sol directo, un poco de agua y buen drenaje para que crezca con fuerza.

Una hierba aromática que ha demostrado su poder para repeler insectos, gracias a sus aceites volátiles, para purificar el aire y hasta reducir la presencia de ciertas bacterias en el ambiente, lo que le da un valor funcional añadido en el hogar. A ello hay que sumar su éxito en la cocina tanto para aportar sabor y aroma, y sus propiedades medicinales.

Compuestos como el ácido carnósico y el ácido rosmarínico, son conocidos por su efecto antioxidante y antiinflamatorio. A lo que se suman propiedades digestivas y antimicrobianas. De hecho, la ciencia moderna ha confirmado que es ideal como aliado para conservar alimentos, como hacían en la antigüedad.

Sin embargo, lo que distingue al romero de muchas otras plantas es la profunda carga simbólica y espiritual que ha tenido a lo largo de la historia. Su nombre, que proviene del latín ros marinus (rocío del mar) evoca no solo su hábitat natural, sino también su conexión con lo sagrado y lo poético.

Así, en la antigua Grecia, los estudiantes se colocaban coronas de romero para estimular la mente. Mientras, en la Edad Media, era habitual colocar ramas de romero en las puertas para proteger el hogar de los malos espíritus. Además, también ha estado vinculado a rituales de purificación energética.

Una planta que también ha sido símbolo de fidelidad en los ramos de novia y de recuerdo eterno en ceremonias fúnebres, como recordatorio de los seres queridos. Sin olvidar que en algunas tradiciones esotéricas se quema como sahumerio para limpiar espacios de energías negativas y atraer la buena suerte. Todo esto ha tejido alrededor del romero una aura mística que aún hoy permanece viva. Una planta autóctona de España, superviviente, deliciosa y espiritual.