El último verano de El Manantial, la casa paraíso de los García-Obregón en Mallorca
La mansión de la Costa de los Pinos se puso a la venta por una cifra millonaria el verano pasado, pero de momento sigue siendo propiedad de la familia, que irá como cada año a principios de agosto
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"Ubicada en la prestigiosa Costa de los Pinos, en Son Servera, en la isla de Mallorca, esta propiedad destaca por su lujo, elegancia y comodidad, integrándose a la perfección en el entorno natural mediterráneo. Sobre una parcela de 6.012 metros (123 lineales sobre el mar) se encuentra esta residencia con una superficie construida en una sola planta de 993,00 m², siendo un ejemplo sublime del diseño mediterráneo, ofreciendo impresionantes vistas al mar". Ni siquiera una descripción tan grandilocuente como la que hace el anuncio de la exclusiva inmobiliaria que comercializa 'El Manantial' hace justicia a este sitio que se alza prácticamente sobre el mar.
Se trata de una villa unifamiliar de casi 1.000 m² construidos en una sola planta, con siete suites, un salón-comedor con terraza, cocina de gran tamaño y espacios de día y noche bien diferenciados. Su parcela alberga piscina con solárium, pista de pádel, casa de guardeses, un pozo de agua potable que da nombre a la finca, y un embarcadero privado que conecta directamente con la playa de El Rajolí y que ha sido muchas veces fotografiado.
¿Por qué? Durante casi medio siglo, esta mansión ha sido el refugio estival de la familia García-Obregón: escenario de los tradicionales posados veraniegos de Ana Obregón —primero con su hijo Aless y ahora con su nieta Ana Sandra— y rueca donde se han hilado los recuerdos de los hermanos y los primos durante tantos veraneos juntos en torno a Antonio García y su mujer, Ana Obregón.
La casa fue levantada a finales de los años sesenta por el patriarca, el promotor inmobiliario Antonio García Fernández —fundador de La Moraleja— sobre varias parcelas contiguas que miles de metros cuadrados frente al mar. La familia veranea allí desde los años 70 y con el tiempo la ha convertido en un paraíso, como refleja el anuncio de la inmobiliaria: "Al acceder a la propiedad, los visitantes son recibidos por un jardín meticulosamente diseñado, que incluye una exquisita fuente de mármol y una escultura de un reconocido artista. Este espacio está rodeado de árboles frutales y un sereno estanque de carpas, proporcionando un ambiente de paz y sofisticación. Además, tiene espacio suficiente para aterrizar un helicóptero y una pista de pádel".
Al fallecer Antonio García en septiembre de 2022, los hermanos —Ana, Celia, Amalia, Javier y Juan Antonio— optaron por poner la finca en venta. El coste de mantener en buenas condiciones una propiedad así era inasumible y el año pasado la pusieron en el mercado por un precio que entonces se cifró en 35 millones de euros. Fuentes cercanas a la familia confirman que de momento no han encontrado un comprador y que no tienen ninguna prisa por deshacerse de una casa a la que todos tienen tanto cariño. De hecho, este agosto irán, como cada año, y podremos ver de nuevo la casa gracias al tradicional posado de verano de Ana García Obregón, previsto para principios de mes.
Fuentes del sector inmobiliario coinciden en que los 35 millones de los que se habló en un principio se sitúan en la parte alta del mercado, incluso para una propiedad de esta categoría. Es probable que la familia rebaje esa cifra si quiere venderla, aunque el precio se fijará en función de varios factores. Actualmente, la casa es propiedad de una de las empresas inmobiliarias que heredaron los hermanos García Obregón.
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"La terraza y pasos solados, con una superficie de 1.100 m², es uno de los puntos más destacados de la propiedad, ya que ofrecen vistas panorámicas del mar Mediterráneo. Este espacio exterior con piscina y un comedor con una mesa de mármol para doce comensales, es ideal para el entretenimiento y la relajación, y disfrutar del entorno marítimo. Desde la terraza hay dos accesos directos, uno a la playa y otro a un solárium a nivel del mar", continúa poniendo los dientes largos el anuncio.
Gestionada con discreción por una inmobiliaria de lujo, la operación se desarrolla fuera de los focos por expreso deseo de la familia, que no busca un comprador cualquiera. Para ellos, no se trata solo de arquitectura y naturaleza, sino del peso de una historia familiar tejida durante décadas.
"Ubicada en la prestigiosa Costa de los Pinos, en Son Servera, en la isla de Mallorca, esta propiedad destaca por su lujo, elegancia y comodidad, integrándose a la perfección en el entorno natural mediterráneo. Sobre una parcela de 6.012 metros (123 lineales sobre el mar) se encuentra esta residencia con una superficie construida en una sola planta de 993,00 m², siendo un ejemplo sublime del diseño mediterráneo, ofreciendo impresionantes vistas al mar". Ni siquiera una descripción tan grandilocuente como la que hace el anuncio de la exclusiva inmobiliaria que comercializa 'El Manantial' hace justicia a este sitio que se alza prácticamente sobre el mar.