La fiesta de pedida de Blanca Llandres y Alberto Herrera: todos los detalles del look (que ya agotó Ayuso), el restaurante y los invitados
La pareja, que anunció hace menos de un mes que espera su primer hijo, ha celebrado en Sevilla una velada familiar a dos semanas de la boda con el vestido que arrasó la temporada pasada
Alberto Herrera y Blanca Llandres, en una imagen de archivo. (Gtres)
La cuenta atrás para una de las bodas más esperadas del otoño ha comenzado. Blanca Llandres y Alberto Herrera, hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, celebraron este fin de semana su fiesta de pedida en Sevilla rodeados de sus seres queridos más cercanos. Una cita íntima y elegante que reunió a las dos familias en torno a una comida llena de emoción y sabor andaluz, con el inconfundible sello de una pareja que vive uno de los momentos más felices de su vida.
El escenario elegido fue el Restaurante Cambados, un clásico de la capital hispalense situado en el barrio de Heliópolis, conocido por su fusión entre tradición gallega y alma andaluza. Fundado en 1976, este emblemático establecimiento ha sabido mantener su esencia marinera con productos de primera calidad —desde percebes y ostras hasta bogavantes o langostinos—, todo bajo la dirección de Javier Padín, hijo del fundador.
Para la ocasión, la novia eligió un look muy comentado. Apostó por el modelo ‘Anu’ de la firma sevillana Panambi, un diseño que se convirtió en todo un fenómeno entre las invitadas de temporada pasada. Confeccionado en lino blanco con bordados tribales en negro y caldero, este vestido combina sofisticación, frescura y ese aire artesanal que caracteriza a la marca.
De corte midi y silueta evasé, la prenda destaca por sus mangas con volantes, escote en pico en la espalda y bordados frontales, detalles que le otorgan un encanto bohemio perfecto para una cita prebodas. Este modelo, que en su día lucieron nombres como Isabel Díaz Ayuso o Lourdes Montes, ya es un icono de estilo español y una elección perfecta para el perfil elegante y natural de Blanca.
La psicóloga, que además está embarazada de su primer hijo, irradió felicidad durante la celebración. Fue su madre, Blanca Parejo, quien a finales de verano compartió la noticia del embarazo con un emotivo mensaje en redes sociales acompañado de una ecografía: “El mayor regalo que nos ha hecho la vida”. El bebé llegará para coronar un año redondo para la pareja.
Alberto Herrera, Blanca Llandres junto a Mariló Montero, Carlos Herrera y Rocío Crusset. (Instragram / @blancallandresp)
El enlace se celebrará el próximo 18 de octubre en Sanlúcar de Barrameda, localidad gaditana muy vinculada a la familia de la novia y escenario de grandes celebraciones andaluzas. La boda promete convertirse en uno de los acontecimientos sociales más destacados del otoño por la relevancia de los apellidos implicados —Blanca es además sobrina de Jose Manuel Soto—.
Además, cada detalle del día en el que se darán el "sí, quiero" despierta expectación. Desde el vestido de Blanca hasta la cuidada lista de invitados, en la que se espera ver a numerosos rostros conocidos de la vida social y cultural, como la familia Montes, con la que comparten lazos de sangre.
La historia de amor entre Blanca y Alberto es tan reciente como intensa. Se conocieron hace poco más de nueve meses y, en junio, durante un viaje a La Toscana, él le pidió matrimonio con una romántica pedida de mano. “Un fin de semana para recordar el resto de nuestras vidas”, escribió entonces ella en sus redes sociales. Desde ese momento, su historia ha sido una sucesión de gestos cómplices y decisiones compartidas que han culminado en esta fiesta de pedida, preludio de una boda que ya tiene todos los ingredientes de un gran enlace andaluz.
La cuenta atrás para una de las bodas más esperadas del otoño ha comenzado. Blanca Llandres y Alberto Herrera, hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, celebraron este fin de semana su fiesta de pedida en Sevilla rodeados de sus seres queridos más cercanos. Una cita íntima y elegante que reunió a las dos familias en torno a una comida llena de emoción y sabor andaluz, con el inconfundible sello de una pareja que vive uno de los momentos más felices de su vida.