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Rubaiyat: la capital de Brasil es Madrid
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Rubaiyat: la capital de Brasil es Madrid

Escucha lo que la Sabiduría te repite el día entero: la vida es breve. Nada tienes en común con las plantas que retoñan luego de podadas Omar

Escucha lo que la Sabiduría te repite el día entero: la vida es breve. Nada tienes en común con las plantas que retoñan luego de podadas
Omar Khayyam

El poeta, matemático y astrónomo persa Omar Khayyam (1048-1123) buscaba desesperadamente en cielo y Tierra una explicación a su existencia. Khayyam escribió, como expresión de su proceso, una extensa colección de rubaiyat (cuya traducción más o menos exacta podría ser la de “cuartetos”) como éste. En ellos cantaba con alegría espirituosa a los placeres de la vida y a la necesidad de disfrutar de ellos antes de que el tiempo se nos acabe.

Inspirado por la poesía del clásico nació hace cincuenta años el restaurante Rubaiyat en Sao Paulo. Hasta allí había llegado un joven gallego haciendo las Américas (Más allá de la Tierra, más allá del infinito, buscaba yo el Cielo y el Infierno. Pero una voz grave me dijo: “El cielo y el infierno están en ti”, reza otro de los poemas de Khayyam) que tras fregar platos y más platos consiguió abrir un restaurante asociándose con sus antiguos jefes. Belarmino Fernández Iglesias logró crear, con el ansia emprendedora de los emigrantes españoles en la América de mediados del siglo XX, un modelo único de negocio que combinaba el local de restauración en sí mismo con la granja en la que la materia prima era cultivada o criada bajo el lema "de la hacienda al plato".

Medio siglo más tarde, la marca Rubaiyat cuenta con varios restaurantes en Brasil y Argentina y en 2006 abrió el primero en España. La inauguración del local, ubicado junto a esa adaptación de la City que es el Paseo de la Castellana, supuso para los Fernández Iglesias el regreso a la tierra que vio nacer al patriarca. En dos cuidados espacios que sumados dan casi 3.000 metros cuadrados, tanto Baby Beef Rubaiyat (especializado en carnes) como Porto Rubaiyat (centrado en pescados y mariscos) presentan una oferta tradicional pero bastante difícil de igualar, con parrillas alimentadas con brasas de carbón vegetal y rescatando técnicas ancestrales de la cultura inca con platos preparados en horno de barro a 600 grados.

Estamos em Brasil, no hay que olvidarlo. ¿Qué hay de una caipirinha bien fresca en la barra antes de disfrutar del festín? En la mesa de Porto Rubaiyat espera una fuente de aperitivos con tortilla de marisco, croquetas, tomates confitados y verduras asadas, además de empanada gallega, salpicón de mariscos e incluso ostras.

En la de Baby Beef Rubaiyat, los entrantes son más carnívoros: tacos de morcilla, chorizo y mollejas o alcachofas con lascas de jamón. Centollas, nécoras, percebes, camarones, langostinos, gambas, solomillos, entrecote, chuletón, asado de tira, ojo de bife, picanha... la lista de los manjares que pasan por las parrillas de los dos locales madrileños de los Fernández Iglesias (muchos de ellos también en platos guisados o al horno) sólo puede ser mesurada en vivo, acompañándolos de sus equilibradas guarniciones de patatas y verduras.

La carta de vinos (premiada en los locales americanos durante dos años consecutivos con el Best Award of Excelence que otorga The Wine Spectator) cuenta en los locales de Madrid con más de 500 referencias de más de una decena de países y abarca una gran variedad de caldos. Los postres, por otro lado, reflejan la evolución de los Rubaiyat, hablándonos del origen gallego de la familia (tarta de Santiago), de su establecimiento en Brasil (el quindin, una especie de tocino de cielo a partir de coco) y del salto a Agentina (nada más tradicional que unos panqueques con dulce de leche).

Para los de estómago pequeño, Rubaiyat abrió hace poco Baby Grill, un local que ofrece tapas y raciones al más puro estilo de la casa. Y con la vista puesta en los amantes del estío acaba de inaugurar hace unos días su terraza de verano. Una gran variedad de posibilidades para disfrutar de un festín, algo que uno, de vez en cuando, se tiene más que merecido.

Escucha lo que la Sabiduría te repite el día entero: la vida es breve. Nada tienes en común con las plantas que retoñan luego de podadas
Omar Khayyam