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Lo exquisito puede ser sencillo
  1. Gastronomía

Lo exquisito puede ser sencillo

La sencillez es una virtud que en muchas ocasiones pierde valor y deja de considerarse como tal. La cocina es un buen ejemplo para demostrar que

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Lo exquisito puede ser sencillo

La sencillez es una virtud que en muchas ocasiones pierde valor y deja de considerarse como tal. La cocina es un buen ejemplo para demostrar que lo simple, que no pobre, también tiene su encanto al margen de las exquisiteces a las que últimamente nos tienen acostumbrados los estudiosos e investigadores de las nuevas técnicas culinarias. Son muchos los que piensan que donde esté un buen plato de macarrones que se quite el ‘magret de tal con reducción de cual y aromas de más allá’.

La pizza, esa receta ancestral cargada de historia y tradición que ha quedado relegada al arcón de los congelados y al descuido de la grasienta fast food, resurge para reclamar el lugar que le pertenece dentro de la cultura gastronómica internacional. Per Bacco recupera la verdadera esencia de la pizza en su vertiente más artesanal haciendo gala de la elaboración típica de los auténticos restaurantes italianos. Ya se sabe que el mejor lugar para degustar las genuinas pizzas son los locales transalpinos, especialistas en su propia tradición, por eso Per Bacco, con un estilo informal y desenfadado, rescata el ambiente de las antiguas tratorías italianas.

Ignazio Deias es buen conocedor de los manjares italianos. Propietario además del Grupo Ideas Italianas, que cuenta con varios restaurantes, es el partícipe de la propuesta de crear una oferta basada en platos clásicos en cuya elaboración radica su valor. Para ello, Per Bacco ha incorporado en su cocina un auténtico horno de leña, como aquellos en los que tradicionalmente se cocinaban las pizzas. Fabricado con piedra de lava, este horno traído directamente desde el país mediterráneo se combina con la alta tecnología (un ordenador controla la temperatura constante) para ofrecer un resultado de calidad que sorprenda al comensal por su naturalidad y sabor.

En Per Bacco se respeta la receta tradicional que obliga a fermentar la masa durante 72 horas en cámaras especiales de fermentación para asegurar su buena digestión y se utilizan productos frescos de temporada, siempre de primera calidad e importados de sus regiones originarias en Italia. Materias primas conocidas pero perfectamente tratados para explotar al máximo sus sabores y texturas. Las clásicas pizzas con tomate como la Langhirano (tomate, mozarella y jamón curado de Parma) dejan lugar a las llamadas pizzas blancas -sin tomate-, también denominadas focaccia, como la Formaggio di Pendente (queso de oveja, queso azul, requesón y queso de vaca ahumado).

De la unión de la clásica pizza con una cuidada selección de productos italianos surgen las pizzas gourmet, unas exclusivas creaciones cargadas de originalidad: La Stagione Eterna (boletus de Borgotaro conservados en aceite y parmesano) o la A un’Ora dal Mare (mitad con bacalao, tomate y limón / mitad con queso de vaca, anchoas y pimientos). Una serie de propuestas a cual más sugerente a la que hay que añadir una completa gama de embutidos y quesos de la tierra y, cómo no, la siempre incombustible pasta italiana cocida al momento. ¿Se animan?

La sencillez es una virtud que en muchas ocasiones pierde valor y deja de considerarse como tal. La cocina es un buen ejemplo para demostrar que lo simple, que no pobre, también tiene su encanto al margen de las exquisiteces a las que últimamente nos tienen acostumbrados los estudiosos e investigadores de las nuevas técnicas culinarias. Son muchos los que piensan que donde esté un buen plato de macarrones que se quite el ‘magret de tal con reducción de cual y aromas de más allá’.