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El Museo Tintín abre con polémica
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El Museo Tintín abre con polémica

Con varios años de retraso y tras diversas polémicas sobre su ubicación y gestión, el Museo de Hergé, el padre del célebre reportero Tintín, ha visto

Foto: El Museo Tintín abre con polémica
El Museo Tintín abre con polémica

Con varios años de retraso y tras diversas polémicas sobre su ubicación y gestión, el Museo de Hergé, el padre del célebre reportero Tintín, ha visto este lunes la luz en la pequeña población belga de Lovaina la Nueva, en uno de los primeros centros dedicados en exclusiva al noveno arte. La construcción del museo, prevista inicialmente para 2007 -año del centenario del nacimiento del autor belga- se vio ralentizada por los desencuentros entre la Fundación Hergé, impulsora del proyecto, y la administración pública, que no lograron un acuerdo para ubicar el centro en Bruselas, su ciudad natal.

El acto de presentación a los medios también ha estado marcado por la controversia, debido a la prohibición de reproducir imágenes de la colección, medida que no había sido anunciada antes y que motivó las protestas de numerosos periodistas asistentes e incluso el abandono de algunos de ellos. Esta prohibición "forma parte de la política de la Fundación", y pretende evitar "que los originales se deterioren", según explicó el director del museo, Laurent De Froberville.

El museo reúne unas 80 planchas originales y unos 800 dibujos de Hergé, además de películas, documentales, objetos y documentos personales, en un edificio con forma de prisma y compuesto por colores y superficies planas, inspirado en el estilo de "línea clara" característico del dibujante.

El centro pretende ir más allá de Tintín, para dar a conocer "la obra de Hergé en toda su amplitud, que incluye a otros muchos personajes, además de sus creaciones como diseñador gráfico o publicista", según explica De Froberville. Durante el recorrido, "penetramos en el mundo de Hergé, seguimos sus pasos a través de la Historia, y vemos sus gustos y aficiones, como su pasión por los coches, los museos, los animales y los viajes", explicó el director del centro.

Dibujos y notas

Con varios años de retraso y tras diversas polémicas sobre su ubicación y gestión, el Museo de Hergé, el padre del célebre reportero Tintín, ha visto este lunes la luz en la pequeña población belga de Lovaina la Nueva, en uno de los primeros centros dedicados en exclusiva al noveno arte. La construcción del museo, prevista inicialmente para 2007 -año del centenario del nacimiento del autor belga- se vio ralentizada por los desencuentros entre la Fundación Hergé, impulsora del proyecto, y la administración pública, que no lograron un acuerdo para ubicar el centro en Bruselas, su ciudad natal.

El acto de presentación a los medios también ha estado marcado por la controversia, debido a la prohibición de reproducir imágenes de la colección, medida que no había sido anunciada antes y que motivó las protestas de numerosos periodistas asistentes e incluso el abandono de algunos de ellos. Esta prohibición "forma parte de la política de la Fundación", y pretende evitar "que los originales se deterioren", según explicó el director del museo, Laurent De Froberville.

El museo reúne unas 80 planchas originales y unos 800 dibujos de Hergé, además de películas, documentales, objetos y documentos personales, en un edificio con forma de prisma y compuesto por colores y superficies planas, inspirado en el estilo de "línea clara" característico del dibujante.

El centro pretende ir más allá de Tintín, para dar a conocer "la obra de Hergé en toda su amplitud, que incluye a otros muchos personajes, además de sus creaciones como diseñador gráfico o publicista", según explica De Froberville. Durante el recorrido, "penetramos en el mundo de Hergé, seguimos sus pasos a través de la Historia, y vemos sus gustos y aficiones, como su pasión por los coches, los museos, los animales y los viajes", explicó el director del centro.