Boffard: 130 años de un queso de reyes
Ciento treinta son muchos años para un queso, pero ese es exactamente el tiempo que ha pasado desde que Claudio Boffard puso en marcha la primera
Ciento treinta son muchos años para un queso, pero ese es exactamente el tiempo que ha pasado desde que Claudio Boffard puso en marcha la primera industria quesera de España. Tras este nombre de aire francés se oculta un lacticinio que ha ido cambiando de fórmula para ir adaptándose a los nuevos gustos, pero que ha procurado conservar el mismo espíritu artesanal en su elaboración.
Para festejar el paso de todos estos años en el mercado los responsables de la marca organizaron hace poco en Madrid un showcooking con Paco Roncero. En el evento, el Premio Nacional de Gastronomía 2006 preparó diferentes elaboraciones para demostrar la versatilidad de este queso.
Algunas resultaban sencillas ideas culinarias pegadas a la tradición culinaria española mientras que otras resultaban auténticos ejercicios estilísticos de gastronomía molecular. Como ejemplo les invitamos a leer esta elaborada receta del Nido de huevo carbonara (archivo .doc) que se puede contemplar en la imagen inferior.
La leche cruda de oveja es la materia prima con la que se elabora el Reserva, la gama más selecta de Boffard. La naturaleza vallisoletana, entre los montes de León, la Cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico y la frontera portuguesa, ha sido testigo desde los años 50 (fecha en la que la firma se estableció en la zona proveniente de Palencia) es el lugar donde se alimentan las ovejas con las que se obtiene esta leche.
El proceso de elaboración requiere de tres procesos de limpiado, fundamentales para intensificar sus cualidades organolépticas. En todas estas ocasiones las piezas son retiradas de la bodega para quitarles el moho y recibir un baño de aceite.
Ciento treinta son muchos años para un queso, pero ese es exactamente el tiempo que ha pasado desde que Claudio Boffard puso en marcha la primera industria quesera de España. Tras este nombre de aire francés se oculta un lacticinio que ha ido cambiando de fórmula para ir adaptándose a los nuevos gustos, pero que ha procurado conservar el mismo espíritu artesanal en su elaboración.