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Los gastrobares, bálsamo para los fríos hibernales de Ciudad Real
  1. Gastronomía
las paradas de dulcinea en la tierra del Quijote

Los gastrobares, bálsamo para los fríos hibernales de Ciudad Real

El que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino? En Ciudad Real tienen clara la respuesta. En los últimos tiempos se han puesto de moda los gastrobares.

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"El que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?" En Ciudad Real tienen clara la respuesta. En los últimos tiempos se han puesto de moda los llamados gastrobares. Templos sublimes en los que un buen trago se transforma en el caldo espiritual que nutre cuerpo y alma. En estos lugares el vino es una bendición balsámica para los fríos hibernales. Los que arriban a esta ciudad cervantina ya saben que el “buen comer y el buen yantar” es todo uno. Las opciones de comida manchega se sirven en una paleta de lo más eclécticaque vadesde latradicional ruta de la tapa por las plazas de la ciudada los 'gastros' donde se elabora cocina de vanguardia en el enclave de moda de la capital.

Por la plaza de las 'tapas cervantinas'

No hay capitulo del Quijote en el que Cervantes deje de hacer referencia a las exquisiteces gastronomicas de la tierra. El Ventero, en la Plaza Mayor de la ciudad, se ha convertido en un referente de platos de la buena mesa quijotesca. Jesús Moreno, su artífice, ha recogido el testigo de los gustos del escudero Sanchoy hace un 'popurrí' por 20 euros en el que entran las cazuelitas de pisto, el salsipuedes, asadillo, pipirrana, el podrio y el atascaburras, que atrapan al viajero. El buen comer ha hecho que para la gastronomía no existan fronteras y los guisos de La Mancha se combinan con los platos recios de las serranías, hasta con las fuentes más austeras tipotiznaos, gachas o ajoarriero.

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Tabernas y restaurantes de estas caracteriscas están extendidos por la plaza Mayor. El Acuarius es un ejemplo, en este 'bareto'uno se atiborra gratuitamente de unos huevos duros rebozados con bechamel que quitan la gelidez invernal al instante. El Callejónes una taberna que recrea una antigua calle de la ciudad. Más abajo, en la Plaza del Pilar, otros clásicos donde las chicas 'del San José', con el calcetín aún a media piernay libros en mano, toman bocadillos de calamares en Los Faroles. Bodegas para las bravas y chacinas no faltan: por Hernán Pérez del Pulgardescubriremos Galiana, La Vinoteca y Casa Lucio, sitios todos muy recomendables para tomarse un buen vino. En el Torreón el Trokanto,donde las tapas son de cine,sobre todo el foie de pato crujiente con jamón.

El Miami Gastro, la vanguardia por excelencia

El MiamiGastroes cita obligada en la ciudad. Políticos, artistas y cazadores de sueños se apuestan en su barra esperando subir al restaurante mientras degustan un crianza Vallegarcía de la factoría vinícola de Alfonso Cortina. El lugar tiene todos los mimbres para el éxito. Combina decoración vanguardista, cocina minimalista de bocados pequeños y precios muy asequibles. La carta de vinos ha atrapado a su público. Todos pueden tomarse en copa. José Carlos Macías, heredero de la sabiduría gastronómica del que fue el gurú de la cocina manchega su padre Pepe Macías, es consciente de la crisis que atraviesa el sectory nos cuenta que "hacer alta cocina de barra no es fácil. Nuestro servicio hasta que abrimos este gastrobar siempre ha sido a la carta. En el Miami, pero hace tiempo, cuando la crisis se echó encima, empezamos a confeccionar alternativas diferentes. Todo siempre muy fresco", explica al respecto.

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El plato estrella es la flor de calabacín de tempura, pero tal vez el mas solicitado es la hamburguesa gourmet de buey, gorgonzola y rúcula,que se come en dos bocados y el pan que la envuelve esta recién horneado. José Carlos explica que el primer año vendieron mas de cuarenta mil hamburguesitas: "Nunca sospechamos del éxito que el buey iba a tener en este tipo de tapas”. Para los vegetarianos también hay lugar en este santuario de delicatessen: “Precisamente para el sashimi elaboramos unas huevas de soja a mano que van por encima del salmón. Tienen muy buena acogida”. La carta de vinos, bien escogida. El vino más caro puede costar de 3 a 4 euros en copa y un Raventos i Blanc Gran Reserva de la Finca 2007 osclina los 24€.

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La Galguería, el Embassy manchego

Para contrarrestar los fuertes sabores de la cocina manchega, ha llegado a Ciudad Real La Galguería, una dulcería de tradición a lo Embassy madrileño,con sabores creativos y muy elaborados. En este salón-tienda de delicatessen y bomboneríase respira una atmósfera elegante y sofisticada. La búsqueda de la suavidad, las masas etéreas, los sabores insólitos, la repostería dietética, el caviar de chocolate y la bollería mini, invaden sus vitrinas.

Lo cierto es que La Galguería es la modernización por excelencia de las bombonerías.Desde que los panaderos de la Antigua Grecia comenzaron a añadir especias, miel y frutos secos a sus recetas, se puede decir que nació la pastelería en Occidente. La ciencia repostera se ha perfeccionado con el tiempohasta adoptar una personalidad distinta en cada país, en cada ciudad, en virtud de sus hallazgos localistas, ysiempre vinculados a sus tradiciones.Pues bien, en La Mancha siempre se ha utilizado la muletilla de “mira que eres galga”, para significar a alguien como 'dulzona'. Los creadores de la La Galgueríahan retomado este vocablo para darle nombre al establecimiento. De la tienda destacan los bombones, los panetones de Paco Torreblanca, las trufas o lenguas de gato, entre otros placeres. En su salón se pueden degustar yogures artesanos, chocolates y violetas de diferente procedencia. A nadie le amarga un dulce y en La Galgueríason conscientes de ello.

"El que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?" En Ciudad Real tienen clara la respuesta. En los últimos tiempos se han puesto de moda los llamados gastrobares. Templos sublimes en los que un buen trago se transforma en el caldo espiritual que nutre cuerpo y alma. En estos lugares el vino es una bendición balsámica para los fríos hibernales. Los que arriban a esta ciudad cervantina ya saben que el “buen comer y el buen yantar” es todo uno. Las opciones de comida manchega se sirven en una paleta de lo más eclécticaque vadesde latradicional ruta de la tapa por las plazas de la ciudada los 'gastros' donde se elabora cocina de vanguardia en el enclave de moda de la capital.

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