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La Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid
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La Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid

Prólogo de la Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid Guardo como oro en paño la edición de la Guía MIguelín, publicada en noviembre de 2009

Foto: Portada Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid
Portada Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid

Prólogo de la nueva Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid, ya a la venta en librerías.

Guardo como oro en paño la edición de la Guía MIguelín, publicada en noviembre de 2009 y estoy expectante por conocer la nueva Guía de la Comunidad de Madrid, que se publicará en breve. Los cuatro años y pico que han transcurrido desde entonces han provocado que sus páginas estén manoseadas, dobladas por las cuatro esquinas, llenas de apuntes personales, como añadidos a las recomendaciones del autor. Es lo que tienen los libros de cabecera como este, referencia del buen comer en Madrid. Se convierten en imprescindibles.

La cosa tiene truco, Miguel Casas, solo habla de aquellos sitios a los que le apetecería volver, descartando por diversos motivos, restaurantes, tascas o casas de comida, en los que esta premisa no se cumple. Como cualquier otro ciudadano, alejado de la pompa y la endogamia que presiden los grandes círculos gastronómicos, se limita a plasmar buenos recuerdos, impresiones sensoriales, gestos, palabras, sabores. Y, lo hace con una familiaridad que cuando el comensal cruza el umbral del local, tiene ya la certeza de haber estado antes. No es poco su mérito.

Muchos de los lugares por él recogidos, son grandes olvidados en las enumeraciones periodísticas que se hacen de la buena comida madrileña. Sitios en los que se engrandece el menú del día, se subliman las raciones o se prodigan tapas generosas, donde tirar bien la caña o el vermú de grifo marca el humor de sus camareros y en los que dar de comer buenas viandas a un precio razonable, que no necesariamente barato, sigue siendo la prioridad. Rincones de barrio, ocultos para los no iniciados, alejados de modas y modos, al alcance ahora de todos.

Junto a ellas algunas de las referencias clásicas de la capital y su zona de influencia. Restaurantes en la agenda del todo Madrid como templos del buen yantar a los que el autor se acerca con la misma condescendencia previa e inmisericorde posterior con las que aborda a cualquier otro candidato para entrar en su particular lista. Sin trampa ni cartón, como un comensal más. Una forma de trabajar que humaniza a quienes pasan el estricto corte y dota de uniformidad a sus recomendaciones. No hay mejores o peores, tres estrellas o candidatos a tenerlas , sino locales dignos de estar en la Guía o no.

Sin duda la nueva Guía MIguelín de la nueva Comunidad de Madrid, es una buena noticia para todos los amantes de la mesa no solo madrileña, sino nacional que pueden oponer a la elevada crítica profesional o al comentario ciudadano anónimo, la visión no profesional de un apasionado como Miguel Casas, al que tengo el placer de acoger cada lunes en las páginas de El Confidencial. Disfruten a pequeños sorbos de este escaparate de tentaciones culinarias y no duden de peregrinar a los santuarios gastronómicos que propone. No saldrán desencantados.

Alberto Artero

Director General de El Confidencial

Prólogo de la nueva Guía Miguelín de la Comunidad de Madrid, ya a la venta en librerías.

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