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Un viaje gastronómico por el Tajo Internacional, un destino de sabores
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Un viaje gastronómico por el Tajo Internacional, un destino de sabores

Extremadura almacena en la memoria sabores de productos de la tierra, de la cocina conventual, y los fogones populares.

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Extremadura es tierra de contrastes, de naturaleza rica y dura y de amplia y larga cultura. Su gastronomía almacena en la memoria sabores de productos de la tierra, de la cocina conventual, y los fogones populares. Una cocina de herencia inmemorial, una gastronomía compendio de la historia, la tradición, los oficios, los olores y los sabores de campos y dehesas.

Una naturaleza fértil y generosa y una fauna autóctona de sobresalientes características, forjan una cultura gastronómica de inigualable factura. Platos singulares y únicos, rescatados y traídos al presente de los recetarios de nuestros abuelos, de productos excelsos como los peces de río o los de la caza. Una cocina procedente de aquella que se cocía en el interior de los muros monacales como el de Alcántara e influida por las ollas de regiones vecinas como la del Alentejo portugués, de sabores tan ricos y especiales como el del bacalao.

Joyas gastronómicas como el aceite, la miel, los quesos de Carbajo y los derivados del cerdo ibérico, culminan en platos tradicionales como las coles con buche o el bobo con coles y la tenca de Brozas.

Un legado rico y único recibido del recetario de la Orden de Alcántara, que celoso guardaba elaboraciones como el faisán o la perdiz al modo de Alcántara o los dulces tradicionales como las mormenteras, perrunillas, la cazuela de arroz, o las puchas tan característicos de esta tierra.

En otoño los sabores arrecian y se vuelven más potentes, las cocinas se animan impulsados por las jornadas gastronómicas que se celebran al amparo de ‘Otoño de Sabores’. Es una época para entrar en contacto y probar lo mejor de su gastronomía, saber de sus tradiciones y costumbres y rendir culto a sus productos únicos.

Así en Alcántara, en torno a la festividad de San Pedro, se ha recuperado ‘la Caracolada’. Una celebración marcada por la tradición, que con las primeras lluvias sale en busca y recogida de caracoles y su posterior degustación. Por otro lado, Brozas, rinde homenaje a la trashumancia, que en su momento más importante dio lugar a un tipo de cocina de fantásticos platos. El Magusto en Carbajo. esconocido como el ‘Día de las Castañas’, una tradición recuperada y puesta en valor para mantener viva la cultura gastronómica extremeña, en el ámbito de un festival de música folk y en el que los vecinos participan asando castañas, preparando tradicionales cocido, calderetas de venado y las migas extremeñas.

Del 21 al 23 de noviembre se celebran las jornadas de cocina conventual en Alcántara, de donde nace buena parte de la cocina extremeña que hunde sus raíces en monasterios como el de Yuste o Guadalupe y conventos como el de San Benito en el que se elaboraba un recetario culto y refinado: el Recetario de la Orden de Alcántara, hoy en día actualizadas y presentadas en platos más modernos.

La denominación Tajo Internacional Destino gastronómico, agrupa una selección de establecimientos de restauración, alojamientos, y empresas productoras como almazaras, secaderos y queserías, que se pueden visitar para conocer los productos y platos de esta comarca.

http://www.turismotajointernacional.com/agenda

Extremadura es tierra de contrastes, de naturaleza rica y dura y de amplia y larga cultura. Su gastronomía almacena en la memoria sabores de productos de la tierra, de la cocina conventual, y los fogones populares. Una cocina de herencia inmemorial, una gastronomía compendio de la historia, la tradición, los oficios, los olores y los sabores de campos y dehesas.

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