La cocina tradicional e innovadora de Alex Múgica, autor del mejor pintxo de Euskadi

La merecida fama que han adquirido los pinchos del norte de España, principalmente los de San Sebastián, pero también los del resto de Guipúzcoa,los de Bilbao y los de la mayor parte de bares que se prodigan con pinchos de altura en Vizcaya,y sin olvidarnos de todo lo mucho y bueno que se hace en los locales de Álava, hadado forma a unacultura que hatrascendido fronteras para atraer a gente de todo el mundo que viene a probar esta increíble cocina en miniatura, elaboraciones en muchos casos de auténtica vanguardia culinaria.

A partir del matrimonio casi perfecto que de forma casi natural une los mejores pinchos con la cerveza más extendida en la zona, la Amstel Oro, una cerveza tostada y con cuerpo que acompaña muy bien este tipo de cocina,la empresa cervecera apuesta por la cultura gastronómica del País Vasco patrocinando el campeonato de pinchos en elque pueden concursar los bares y restaurantes de las tres provincias vascas, Iparralde y Navarra. En esta edición han pasado 80 participantes por la cocina del Auditorio Etxea para presentar al público y al jurado compuesto por varios chefs estrella Michelinsu mejor pincho. El Markalao deLa Cocina de Alex Múgicaconsiguióla Txapela que le acredita como el mejor pintxo del concurso.

En Pamplona, en plena calle Estafeta, en la plaza del Castillo, el Gran Hotel La Perla, un establecimiento con ataduras y relaciones literarias y artísticas profundas por la cantidad de escritores y artistas insignes de todo tipo quedescansaron en sus habitaciones, desde Hemingway a Vargas Llosa, desde Charles Chaplin a Gayarre o desde Zuloaga a Manolete, tiene en sus bajos uno de los mejores locales para comer en la ciudad, La Cocina de Alex Múgica.

Tras una curiosa gran puerta metálica que se asemeja más un mamparo de un barco que a la entrada de un bar, se esconde la propuesta de pinchos y raciones de La Cocina de Alex. En una segunda reforma realizada en el local, Múgicadecidió darle más espacio al bar en detrimento del entrañable restaurante Hostal del Rey Noble, conocido por la mayoría de los pamplonicas como Las Pocholas, por sus antiguas propietarias.

Mientras que el restaurante es acogedor, la sala del bar no está tan bien resuelta, mesas un tanto dispersas y una pequeña barra, tras cuya cocina salen excelentes pinchos. Aquí se practica una cocina creativa y actualizada, hecha con mucho fundamento, como diría Arguiñano, tanto en su formato barcomo en el restaurante.Cuando uno se coloca delante de la barra para pedir, hay que probar algunos de sus imprescindibles: su riquísima ensaladilla de bonito y anchoas, una de las mejores por su enorme sabor a mar y que presentan en un curioso tiesto. Un plato que gusta a todo el mundo son sus fabulosos huevos con patatas y hongos, o una ensalada de tomate y marisco muy fresca y rica. De cuchara nos inclinaríamos por sus pochas con cordero, un plato más contundente, pero terriblemente sabroso.

Este año, el campeonato contaba con un nuevo premio que reconocía la mejor Barra de Pintxos, recayendo en esta ocasión en elBar Portaletas de San Sebastián, que recibe su nombre de las arcadas bajo las que se accede a lo Viejo de Donosti y cuya muralla forma parte de sus paredes. Su barra es una muestra permanente de los pintxos clásicos de la ciudad.

Descarga la APP de 'Vanitatis'en tu móvil o tablet y no te pierdas nuestras noticias y críticas de gastronomía.Pincha aquí.