Es noticia
Menú
Un viaje gastronómico al corazón de Campania: Sorrento, la cuna del limoncello
  1. Gastronomía
Viajes gastronómicos

Un viaje gastronómico al corazón de Campania: Sorrento, la cuna del limoncello

Sorrento, en la provincia de Nápoles, Campania, se alza sobre una costa volcánica de acantilados verdes salpicados de limoneros y construcciones señoriales

Foto: Sorrento. Foto: oficina de turismo
Sorrento. Foto: oficina de turismo

Sorrento, en la provincia de Nápoles, Campania, se alza sobre una costa volcánica de acantilados verdes salpicados de limoneros y construcciones señoriales que recuerdan el paso de artistas románticos que llegaron en el siglo XIX. Desde el aeropuerto de Nápoles (al que se llega en vuelo directo desde Madrid con Iberia Express) basta una hora para recorrer los escasos 45 kilómetros de una carretera que en el último tramo bordea el litoral para regalar la imagen del Vesubio con Pompeya y Nápoles a sus pies.

Unas vistas tan magníficas como desde la terraza de la suite Caruso que ocupó el tenor italiano en el Hotel Excelsior Vittoria y que inspiraron a Lucio Dalla para dedicarle su famosa canción, “Aquí donde el mar reluce y sopla fuerte el viento sobre una vieja terraza delante del golfo de Sorrento…”. Conservan el piano del ilustre huésped y fotografías, también de Sofía Loren durante el rodaje de ‘Pan, amor y …’ junto a Vittorio de Sica. Una época gloriosa del cine italiano que perdura en la estética de las calles de Sorrento.

El hotel y su restaurante Terrazza Bosquet, con una estrella Michelin, están en la plaza Tasso –como el poeta sorrentino-, cerca del popular café Fauno. Hay que pasear la vía San Cesáreo del centro histórico para descubrir los colores de Sorrento en la artesanía local y en las tiendas de pasta, especias, taralli, galletas y dulces con sabor a limón, el protagonista. Es único por su tamaño, perfume y sabor, menos ácido. Con la piel elaboran el licor, limoncello, y con la pulpa helados, mermeladas y dulces.

Puede hacer una degustación en los locales donde amables -y comerciales- sorrentinos los ofrecen. Es el caso de Tonino en Confetti e Agrumetti (en el 51 de esta calle), o Salvatore Esposito en I Giardini di Cataldo (vía Correale, 27) que continuó con la producción de limones que inició su padre para, más tarde, dedicarse a la elaboración de esta bebida. Mantiene un hermoso jardín donde crecen los cítricos y una terraza para consumir sus helados y otros licores como el de hinojo o regaliz.

Para disfrutar con las recetas tradicionales, el restaurante Zi’ ntonio (Via de Maio, 11) es una buena opción por sus precios ajustados, una carta variada y las raciones tan generosas como uno espera encontrar en el sur. Como en la mayoría de las mesas napolitanas no falta la mozzarela de búfala de Campana DOP. Se elabora a diario y la sirven de gran tamaño y en su forma redonda original. Se puede tomar sola para apreciar su textura cremosa, suave y elástica con el sabor natural de la leche que la hace única, o acompañarla del ‘antipasto’ con jamón o al estilo ‘caprese’ con los extraordinarios tomates sorrentino. Piedina de queso y jamón; calamaretti, al estilo de las ‘puntillitas’ de Andalucía; pulpo; y, platos de pasta con productos del mar o a la sorrentina, con salsa de tomate. Una opción más romántica es una cena en Il Buco (Il Rampe Marina Piccola, 5) también con una estrella Michelin. Tiene un elegante comedor en las bodegas de un antiguo convento y mesas al aire libre con velas que alumbran un bonito rincón empedrado con un pasaje que conduce al puerto.

Aunque en todas las pastelerías hay delicias de limón; babá, bizcocho empapado en licor; y, sfogliatella, un hojaldre relleno de ricota, merece la pena probarlos acompañados de un buen ‘macchiato’ en Pasticería Bar Romano (Corso Italia, 35 en Meta). No importa el frio para visitar la gelatería Primavera (Corso Italia, 142) y tomar un helado de limón de Sorrento u otros sabores originales como hicieron los famosos clientes que dejaron su imagen en fotografías que empapelan las paredes y el techo del local.

La imagen romántica de Sorrento acompaña y atrapa para partir con las notas de ‘Torna a Surriento’.

Sorrento, en la provincia de Nápoles, Campania, se alza sobre una costa volcánica de acantilados verdes salpicados de limoneros y construcciones señoriales que recuerdan el paso de artistas románticos que llegaron en el siglo XIX. Desde el aeropuerto de Nápoles (al que se llega en vuelo directo desde Madrid con Iberia Express) basta una hora para recorrer los escasos 45 kilómetros de una carretera que en el último tramo bordea el litoral para regalar la imagen del Vesubio con Pompeya y Nápoles a sus pies.

El redactor recomienda