Los mejores platos de cuchara para pasar el invierno en Madrid

Un invierno atípico, de temperaturas más altas de lo normal que se van corrigiendo según nos adentramos en el mes de enero. Las lluvias, el viento y algunos grados menos; nos van haciendo sentir el clima propio de las fechas en que estamos y echar de menos esos platos de cuchara que inevitablemente asociamos al frío, a la chimenea y a las tardes de lluvia que observamos desde el sillón tras haber disfrutado de una buena comida acompañada de buen vino.

En Madrid hay muchos restaurantes de buena cocina en los que disfrutar de guisos y de platos contundentes de cuchara. Estos son algunos de nuestros favoritos, les agradeceríamos que aportaran los suyos:

Villoldo

El restaurante de las hermanas Pedrosa en Madrid. Una extensión de la magnífica cocina que Alfonso ejecuta en su restaurante-hotel Estrella del Bajo Carrión. Pilar hace cocina casera, una de las más apetecibles y sugerentes, de recetas castellanas en la que se sirven excelentes platos entre los que destacan unas extraordinarias verduras que recogen de su propia huerta palentina o un excelente lechazo y un muy buen cochinillo. De sus platos de siempre, las legumbres inmejorables como las alubias blancas viudas de la Vega de Saldaña 9€ y 7€ la media ración y las alubias blancas con hongos de temporada por 14 euros y 8, la media. Dos guisos sabrosos que están entre los mejores platos de cuchara de la cocina madrileña.

Treze

Desde el local en General Pardiñas, Saúl Sanz sigue ofreciendo una cocina bien ejecutada de platos apetecibles, ricos y resultones que agradan enormemente al comensal. Con dos zonas diferenciadas: una pequeña barra donde compartir raciones y pinchos y un comedor no mucho más amplio, pero donde se come muy bien. Buenos entrantes y carnes de caza brillantemente resueltas. Las propuestas de cuchara de esta temporada incluye platos como las lentejas verdinas con paloma asada y guisada por 12€. Otros guisos a los que la caza dota de fuerza y sabor: Alubias guisadas con faisán (14€), o el cocido TreZe, elaborado con garbanzos, verduras, setas y carne de caza (faisán, jabalí, ciervo, chorizo y morcilla de ciervo) (25€).

La Ancha

Uno de los grandes clásicos de Madrid. La Ancha ha acuñado platos con nombre propio como su inmenso y popular Armando o la tortilla guisada de callos. Una referencia en la que se funden dos recetas tradicionales para convertirlas en un plato redondo. En La Ancha de la calle Zorrilla y de Príncipe de Vergara, se hace una de las mejores lentejas de todo Madrid, de esas que se hacen a fuego lento al ritmo del chop, chop.

El Cielo de Urrechu

Inaugurado en 2012, el restaurante de Íñigo Urrechu en Madrid, sigue la línea de cocina a las que añade unas pinceladas de vanguardia. Una propuesta de cocina vasca, en la que cada día ofrecen un plato del día diferente que llaman “El cielo a cucharadas”. El precio del plato es de 15,50 € y, dependiendo del día, podemos encontrar: alubias de Tolosa , pochas con gulash de ciervo, pochas con almejas y alubias de La Virgen con setas y carrillera de cerdo ibérico.

Casa Hortensia

Casa Hortensia es un restaurante asturiano afincado en Madrid desde hace casi 30 años, tiempo durante el cual su propietaria y cocinera, ha hecho de su fabada un referente de entre las que se cuecen en los fogones madrileños; de hecho, este año pasado recibió el premio (entre otros muchos) y el reconocimiento como la mejor fabada de la capital.

Cul de sac,

Puede que sea el más desconocido de esta lista, pero allí, en Pozuelo, escondido de la vista de los miles de coches que transitan por la carretera M-501; en un ‘cul de sac’. Iñaki Ongay ofició durante muchos años en la parrilla de Julián de Tolosa, para muchos la mejor de Madrid, y ahora desde hace algo más de un año, controla con maestría la de este nuevo restaurante de la periferia, para seguir ofreciendo unas carnes ejecutadas con sobresaliente acierto. Pero si le traemos hasta aquí es para incluirle entre los restaurantes de platos de cuchara. Ssu sopa de pescado es una de las más densas de sabor de cuantas hemos probado en los últimos tiempos. Una sopa en la que no se escatima el buen producto y su consiguiente reducción hasta que la concentración de sabor es única.