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Santa Luzía, el amor a la tierruca (cántabra) más allá del cocido
  1. Gastronomía
LA COCINA DEL joven chef nacho del corral

Santa Luzía, el amor a la tierruca (cántabra) más allá del cocido

Ya nos llamaban a gritos el verde cántabro, la proximidad de su mar y sus viejas casonas de piedra, y ahora también este restaurante rústico y chic donde se come 'divertido'

Foto: Santa Luzía, un 'espazio gastronómico' en el verde cántabro con mucha madera
Santa Luzía, un 'espazio gastronómico' en el verde cántabro con mucha madera

Meterse entre pecho y espalda un cocido como mandan los cánones cántabros suena a música celestial en esta estación de otoño. Pero que quede claro que no es la única manera de declarar el amor a la tierruca. En el valle del Saja, hermano deldeCabuérniga, allí donde los prados nos ponen el verde en los ojos y las vacas pastan su felicidad (la estampa poética es obligada), hay un restaurante que huye a conciencia del tradicionalismo para darse de bruces con una cocina "diferente, fresca y urbana".La del chef Nacho del Corral, que tiene entre manos toda su sabiduría culinaria, pero también toda su juventud. Al frente, apoyándole en esta aventurada empresa de sacarle los colores al mismísimo cocido está Pilar Velarde, la propietaria de Santa Luzía, un "espazio gastronómico"de los de enamorar. Te contamos diez cosas sobre él.

1. Vanguardista no quiere decir sin raíz.Del Corral rinde culto al producto de proximidad, respeto máximo a la materia prima, y a eso tan abstracto y a la vez tan concreto que es el sabor. Son dos ingredientes de la cocina “personal y emocional” de este chef que viene a redondear el proyecto que Velarde arrancó hace ahora dos años. Mucho producto de proximidad e ingrediente ecosostenible hay entre estas paredes.

2. La sabiduría de un joven cocinero. Y joven no quiere decir menos sabio. Este chef se confirmó en su fe en el magnífico Cenador de Amós (dos estrellas Michelin), en el vecino Villaverde de Pontones; y se curtió en el sin parLa Cuchara de San Telmo en San Sebastián, trabajando mano a mano con Álex Montiel; en el Club Parayas de su tierra, en el Nodo con Alberto Chicote y en Goizeko Kabi, estos dos en Madrid. Palabras mayores.

3. De Basilea a Mazcuerras. Nacho del Corral terminó marchándose a la ciudad que más gusta a los sibaritas, Basilea (Suiza), nada menos que para introducir allí la cocina mediterránea de aquí. Y al volver, tres años después, lo hizo a lo grande, dejándose caer por el Basque Culinary Center, por eso de formarse más, donde, por cierto, conoció a Pilar Velarde, una emprendedora de Liébana que montó su primer negocio a los 19 años. Lo suyo fue un flechazo. El chef se prendó de "su visión diferente del universo gastronómico". Ahora hace de las suyas en su Santa Luzía, a solo 30 kilómetros de Santander, en la localidad de Mazcuerras.

4. Si no hay cocido, entonces ¿qué? La cocina es descaradamente internacional, pero los productos salen de una despensa que es a todas luces cántabra. En la mesa, oreja de cerdo crujiente con gamba y alga codium, 'steak tartar' de vaca ecológica en versión clásica o canalla, gyozas de mollejas de cordero con salsa de miso y mandarina, o ensalada templada con changurro, chips de bogavante y espuma de curry. Un secreto: hay croquetas de cocido montañés. No hay que perdérselas.

5. También se te hará la boca agua con… Un arroz de picasuelos con emulsión de jengibre y té verde para compartir, un suquet de salmonete con caldo marino para ti solito o una pizza individual de jamón y queso "hecha por nosotros" para los peques. De postre, ¿qué tal un helado artesano de crema de orujo o un pastel de zanahorias, rosas y cacao?Eso si no caes rendido a la tentación de la tarta fina de hojaldre con manzana. Al margen de la carta, hay menús 'luzieros', de degustación,y menús para grupos, con raciones al centro para empezar.

6. Una casa junto al río. Más allá de la oreja de cerdo y el changurro y la espuma de curry y de todos los platos que rivalizan con el cocido, está la decoración de esta casa junto al río Saja, con terraza-jardín, bar y zona 'lounge' a la que por supuesto no le faltan los amorosossofás Chester ni una sala de juegos para niñosni un comedor para eventos. Y luego está la sala del restaurante propiamente dicho, que es realmente encantadora, con mesas individuales y corridas; a elegir.

7. Un 'espazio gastronómico'. Alejado y mucho del tradicionalismo del puchero. Así lo ha querido Pilar Velarde, hostelera afamada en la comarca que regenta desde hace dos décadas ya la Bodega La Montaña, en el mismo Santander. El Santa Luzía se presenta como mucho más que un restaurante. Un 'espazio gastronómico' en el que compartir raciones, comer en familia (los niños tienen su lugar), tomar una copa, celebrar una boda o darse el capricho de un tentador chocolate con churros una tarde de domingo.

8. Muebles reciclados, tonos pastel… Y todo lo que hace de este restaurante un refugio "rusti-chic". A las flores aquí y allá, los objetos 'vintage', la madera natural, las piezas de diseño, los muebles reciclados y los tonos pastel, todo ello en medio del campo, nos remitimos.

9. En un lugar de Cantabria.En el barrio de Santa Lucía, número 1, deCos, un pueblito de 263 habitantes a dos kilómetros deMazcuerras, un municipio de Cantabriasituado en la comarca de Saja-Nansa. Como curiosidad, aquí está la casa montañesa de la escritora Concha Espina (1869-1955), a quien conocemos mucho por la avenida que lleva su nombre enMadrid, y la de su colega Josefina Aldecoa (1926-2011), de nombre Las Magnolias.

10. ¿Y el precio? Comer o cenar aquí te saldrá por unos25 euros. El menú DegustaLuzía cuesta29 euros, con bebida, pan y café. Y el A mesa puesta, para los domingos por la noche, 25 euros.

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Meterse entre pecho y espalda un cocido como mandan los cánones cántabros suena a música celestial en esta estación de otoño. Pero que quede claro que no es la única manera de declarar el amor a la tierruca. En el valle del Saja, hermano deldeCabuérniga, allí donde los prados nos ponen el verde en los ojos y las vacas pastan su felicidad (la estampa poética es obligada), hay un restaurante que huye a conciencia del tradicionalismo para darse de bruces con una cocina "diferente, fresca y urbana".La del chef Nacho del Corral, que tiene entre manos toda su sabiduría culinaria, pero también toda su juventud. Al frente, apoyándole en esta aventurada empresa de sacarle los colores al mismísimo cocido está Pilar Velarde, la propietaria de Santa Luzía, un "espazio gastronómico"de los de enamorar. Te contamos diez cosas sobre él.

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