3 recetas para beber té en verano, sin que sea aburrido, y aprovechar sus beneficios para el metabolismo
Suben las temperaturas y con ellas, la importancia de la hidratación. Una tarea que es mucho más divertida con estas infusiones refrescantes
La llegada del verano hace que la hidratación adquiera aún más importancia. Por ello, además de protegerse de las radiaciones solares o de prevenir los golpes de calor, beber agua es un gesto imprescindible. Sin embargo, no solo se puede tomar agua en su versión original.
Existen múltiples opciones para hidratarse de forma saludable, renunciando a bebidas alcohólicas o azucaradas, pero con un toque diferente. Así lo analizamos al hablar de los beneficios de las infusiones de manzanilla, y lo repetimos al hablar del té. Por ello, descubrimos algunos de los beneficios más importantes de esta planta medicinal, y revelamos tres recetas de té frío para no dejar de tomar en verano.
Ideas fáciles de hacer en casa, sin necesidad de ser experta en coctelería, a la par que muy sanas. Beneficiosas por su contenido en vitaminas del grupo B, carotenos, ácido fólico o hierro, las infusiones de té también mejoran la digestión, tienen efecto antiinflamatorio y son grandes aliadas para activar el metabolismo. Entre los antioxidantes que se encuentran en las hojas del té están las catequinas, un tipo de antioxidante conocido por favorecer la actividad del metabolismo y luchar contras los radicales libres.
Respecto a cómo tomarlo, existen múltiples recetas para disfrutar de un té frío. Por un lado, se puede elegir un tipo de té concreto, una categorización donde destaca el té verde, el té negro y el té rojo. Unas variedades que no se basan en su origen, ya que todas provienen de la misma familia, la Camelia Sinensis, sino que se diferencian por su proceso de elaboración y tratamiento. Con todo preparado, descubrimos tres deliciosas recetas de tés fríos para disfrutar cuando llega el calor.
Té negro con limón y hierbabuena
Unimos la tradición oriental, de donde procede el té, con lo mediterráneo. Así, nos disponemos a preparar un té helado con limón y hierbabuena. Bastan 4 bolsitas de té negro, o unos 8 gramos de té, 1 litro de agua, el zumo de dos limones, hierbabuena fresca y hielo. Tras hervir el agua y dejar reposar con las bolsitas de té unos 5 minutos, se deja enfriar la infusión. Entonces se le añadirá el limón y la hierbabuena. Una mezcla a la que sumar el hielo, y si se prefiere se puede cambiar la hierbabuena por otra hierba aromática como el romero o la melisa.
Té verde con pepino y menta
Refrescante y nutritivo, esta bebida resulta una opción perfecta para cualquier tarde de verano. Tras hervir tres bolsitas de té verde en un litro de agua, se debe dejar enfriar la infusión. Después se añadirán las rodajas de pepino y la menta, para que se unan al sabor del té verde. Finalmente, de nuevo contamos con el hielo como toque extra. Además, si quieres sumarte otro extra, se le puede echar un chorrito de agua con gas, haciendo que se transforme en un refresco saludable y sin azúcar.
Té blanco con naranja y fresas
¿Qué puede salir mal si unimos el suave sabor del té blanco con la vitamina C de las naranjas y las fresas? De nuevo habrá que repetir los pasos tan sencillos de las anteriores recetas. Infusionar unas 4 bolsitas de té blanco en un litro de agua, dejarlo enfriar, añadir un chorrito de zumo de naranja, varias rodajas y trocitos de fresas.
Finalmente, se puede decorar con menta y con hielo picado. Además, sal de las clásicas tazas y apuesta por vasos anchos, copas estilo flauta o jarras bonitas de cristal que dejen ver el interior de tu 'cóctel' de té. Bebidas refrescantes y saludables para un verano lleno de color y de nutrientes.
La llegada del verano hace que la hidratación adquiera aún más importancia. Por ello, además de protegerse de las radiaciones solares o de prevenir los golpes de calor, beber agua es un gesto imprescindible. Sin embargo, no solo se puede tomar agua en su versión original.