Este alimento es perfecto para las cenas porque ayuda a dormir y mantiene la tripa plana

Descansar mejor y conseguir mantener la figura se convierte en una meta a alcanzar para todo aquel preocupado por cuidar su alimentación. Según la Organización Mundial de la Salud, una dieta saludable ayuda a proteger al organismo de la malnutrición, así como de enfermedades tales como la diabetes o incluso el cáncer.

Entre las recomendaciones generales, la OMS sugiere la necesidad de incorporar frutas, verduras, legumbres (como lentejas y habichuelas), cereales integrales y frutos secos, y propone la limitación de ingesta de sal, azúcares y grasas (especialmente las tratadas industrialmente; las grasas trans).

Pero, sin lugar a dudas, uno de los alimentos más destacados por los nutricionistas son las espinacas. Originaria de Asia, esta verdura puede incorporarse fácilmente dentro del menú diario personal. Puede usarse en platos sencillos como en ensaladas; pero también es perfecta para ser utilizada en sopas y guisos y como acompañamiento a una carne o pescado.

Este producto típico de la dieta mediterránea se caracteriza, asimismo, por poseer un alto valor nutritivo y bajo aporte calórico, de ahí que sea perfecto para ser consumido durante las cenas. Entre los beneficios de esta verdura, encontramos que es una fuente importante de vitaminas y minerales y contiene cantidades bastante significativas de yodo, potasio, hierro y magnesio. En concreto, hay dos tipos de propiedades que contribuyen a nuestro bienestar físico. El aporte de Vitamina C se convierte en un excelente aliado contra el envejecimiento y la Vitamina K ayuda a reducir las ojeras y mejorar visiblemente la piel.

Según los expertos, lo ideal es comer las espinacas en crudo para consumirlas sin perder los beneficios que aportan. Cuanto más se cocinen, más propiedades se diluyen en el proceso. Por este motivo, es preferible ingerirlas en su estado natural o hervidas; evitando freírlas o incluirlas en otros procesos de cocción.

Las espinacas poseen mucha fibra y agua, así que facilitan la digestión de quienes la añaden a sus platos. Además, funciona como fuente de ácidos grasos de calidad y tiene pocas calorías, por lo que su implementación en la cena resulta ya casi un indispensable en las comidas de muchos.