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Ni pastillas de caldo ni especias, este es el truco de las abuelas para dar sabor a los guisos
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Ni pastillas de caldo ni especias, este es el truco de las abuelas para dar sabor a los guisos

Hay técnicas básicas para mejorar la preparación pero también un truco que marca la diferencia

Foto: Guiso de carne con patatas. iStock
Guiso de carne con patatas. iStock

En la cocina tradicional, existen técnicas y secretos que han pasado de generación en generación, y cuando hablamos de dar sabor a un buen guiso, nuestras abuelas llevan la delantera. En un mundo donde las pastillas de caldo y las especias comerciales se han convertido en el camino rápido para dar sabor, los expertos en el arte de la cocina de antaño defienden que el verdadero secreto no se encuentra en estos productos, sino en ingredientes mucho más naturales y accesibles. Entonces, ¿cuál es el secreto?

Uno de los primeros consejos que las abuelas comparten es la importancia de usar ingredientes frescos. Un guiso se beneficia enormemente cuando las verduras, las carnes y las legumbres están en su punto óptimo. A diferencia de los ingredientes procesados, los frescos ofrecen un sabor auténtico que aporta profundidad a la comida sin necesidad de potenciadores artificiales.

placeholder Guiso casero hecho de forma tradicional. (iStock)
Guiso casero hecho de forma tradicional. (iStock)

Las abuelas aseguran que no es necesario depender de productos industriales para obtener un caldo con cuerpo. En su lugar, recomiendan elaborar un fondo casero, una preparación que combina huesos y restos de carne con vegetales, como zanahorias, cebollas, apio y ajo. Cocinados a fuego lento, estos ingredientes permiten extraer un caldo lleno de sabor, que se convierte en la base de numerosos platos.

La técnica del sofrito es otra clave para el sabor en los guisos de nuestras abuelas. Este proceso consiste en dorar lentamente una mezcla de cebolla, ajo, pimiento y, en algunos casos, tomate, en una cantidad generosa de aceite de oliva o manteca. La paciencia es fundamental en este paso, ya que el sofrito necesita tiempo para liberar el sabor natural de cada ingrediente, formando una base rica y compleja que enriquece el guiso final.

placeholder Los guisos de carne, verduras y setas son la mejor apuesta para el otoño. (iStock)
Los guisos de carne, verduras y setas son la mejor apuesta para el otoño. (iStock)

Sin embargo, el mayor truco que le da un toque especial a los guisos y que usan todas las personas experimentadas en la cocina, cada una a su manera, es añadir alcohol a la cocción. Ya sea vino tinto o blanco, o coñac o algún licor, le da un dulzor especial y no emborracha, ya que el alcohol se evapora rápidamente con el calor.

Las abuelas siempre han defendido que el tiempo y la paciencia son imprescindibles en la cocina. Los guisos cocinados a fuego lento permiten que los ingredientes se mezclen y que los sabores se integren de manera profunda. El resultado es una textura suave y un sabor concentrado que ningún potenciador artificial puede imitar. Mientras que los métodos modernos tienden a reducir los tiempos de cocción, las cocineras tradicionales saben que un buen guiso lleva tiempo y que, sin prisa, la comida se impregna de una esencia que solo se logra con paciencia.

En la cocina tradicional, existen técnicas y secretos que han pasado de generación en generación, y cuando hablamos de dar sabor a un buen guiso, nuestras abuelas llevan la delantera. En un mundo donde las pastillas de caldo y las especias comerciales se han convertido en el camino rápido para dar sabor, los expertos en el arte de la cocina de antaño defienden que el verdadero secreto no se encuentra en estos productos, sino en ingredientes mucho más naturales y accesibles. Entonces, ¿cuál es el secreto?

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