Esta es la primera y única heladería del mundo con estrella Michelín

Es curioso, pero es una heladería de la ciudad de Taichung en Taiwán la que ha roto todas las expectativas gastronómicas al convertirse en el primer y único establecimiento de helados en recibir una estrella Michelin. En particular, esta peculiar heladería ha alcanzado la distinción que solo los mejores restaurantes logran, algo que no solo reafirma el auge de Taiwán como destino de alta cocina, sino que redefine lo que se puede esperar de un postre helado.

En concreto, ubicada en una zona pintoresca de Taichung y de fachada minimalista, Minimal no es una heladería común. Su diseño evoca la estética nórdica y su menú promete una experiencia única: un menú de degustación de siete platos donde el hielo es el protagonista. Arvin Wan, el chef y fundador de Minimal, ha dedicado su vida a explorar los diferentes sabores y las diversas texturas de los postres helados.

Según ha informado un artículo del medio 'CNN', el experto, desde pequeño, se sintió atraído por la sensación del hielo en la boca, y esa pasión lo llevó a especializarse en un producto poco habitual en la alta cocina. El menú de Minimal juega con variaciones de temperatura, combinando ingredientes únicos y locales de Taiwán. Platos como la paleta de flores de jengibre silvestre a -40 °C y el helado de fresa y roselle a -196 °C transportan a los comensales a través de una experiencia multisensorial.

Cada plato lleva el nombre de la temperatura a la que se sirve, y la elección de ingredientes, como el té biluochun y la Angelica morii, se combina con técnicas de congelación que transforman las texturas y sabores de una manera fascinante. La cocina de Minimal está equipada con refrigeradores de diferentes temperaturas, lo que permite a Wan crear texturas únicas en sus postres.

Es justo así la forma de lograr que un plato sirva de lienzo para los contrastes de temperaturas extremas, desde el helado hasta un dumpling de arroz servido a 180 °C, el único plato caliente en la degustación. Arvin Wan espera que esta experiencia permita a los adultos reencontrarse con la emoción de comer helado, recordando aquellas primeras veces en la infancia en las que un postre frío podía iluminar el día.

De este modo, Minimal, entonces, se convierte en algo mucho más que una heladería: es el resultado de una vida dedicada al hielo, un homenaje a la creatividad culinaria y un recordatorio de que la alta cocina puede adoptar formas inesperadas. Parece que no todo está inventado.