Ni mazapanes ni polvorones: esta es la receta del postre que más le gusta a la reina Letizia en Navidad

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Las cenas navideñas están marcadas por la tradición y el deseo de sorprender a los invitados con platos únicos. En las mesas españolas, los dulces como el turrón, el mazapán y los polvorones ocupan un lugar central, pero también hay quienes apuestan por alternativas más ligeras y sofisticadas. Este es el caso de la reina Letizia, que no es muy amiga de los dulces. Sin embargo, hay un postre que la monarca disfruta muchísimo en Navidad.

El helado de café no es simplemente una elección moderna; sus raíces están profundamente ligadas a la tradición cafetera de España. El café, protagonista indiscutible de las sobremesas, se transforma en este postre que combina cremosidad, dulzura moderada y el inconfundible amargor del café. Este equilibrio lo convierte en una alternativa mucho más ligera frente a otros postres navideños, como las tartas o los mantecados, que suelen ser más calóricos y densos.

Además, su preparación sencilla y versátil permite adaptarlo a diferentes paladares y necesidades. Los ingredientes básicos incluyen nata o leche, café fuerte y azúcar, pero pueden añadirse toques personalizados, como vainilla o incluso opciones más saludables, como leches vegetales y endulzantes naturales. Estas variantes no solo reducen el contenido calórico, sino que también amplían las posibilidades para quienes buscan un postre menos convencional.

En el caso de la reina Letizia, el helado de café se ha convertido en una tradición navideña que trae consigo recuerdos familiares entrañables. Según fuentes cercanas, esta pasión por el helado de café proviene de su madre, Paloma Rocasolano, una gran amante de este sabor. Así, lo que podría parecer una elección moderna y sofisticada tiene en realidad un trasfondo emocional, un guiño a las raíces familiares y a los momentos compartidos.

Aunque la reina no es conocida por ser una entusiasta de los postres, este helado tiene un lugar especial en las celebraciones navideñas de Zarzuela. Su carácter ligero y refrescante lo hace perfecto para estas fechas, sobre todo después de una cena copiosa. Al ser menos pesado que otros dulces típicos, permite disfrutar de un capricho sin caer en excesos.

Otro de los dulces que se consumen en la Zarzuela también proviene de la tradición asturiana. Durante los Premios Princesa de Asturias, destacaron con una serie de stories interactivas que incluían una pregunta sobre los carbayones, considerados el postre más emblemático de estos eventos. Estos dulces, típicos de Oviedo, son un reflejo de la riqueza de la gastronomía asturiana y se han convertido en imprescindibles en los menús que acompañan a esta cita anual de gran relevancia.