José Andrés, chef: “El secreto para que las judías verdes con patatas no sean aburridas está en una sola especia”
Con propuestas como esta, la cocina tradicional recupera protagonismo y demuestra que la simplicidad bien entendida sigue siendo el alma de la buena mesa
El chef José Andrés confiesa uno de sus trucos. (First We Feast)
Porque sí, las judías verdes pueden, y deben, tener chispa. Todo comienza con una buena base: patatas cortadas en dados uniformes, cocidas el tiempo justo para que conserven su textura, y unas judías verdes tiernas, limpias y troceadas. Hasta aquí, la receta tradicional. Pero la diferencia la marcan los pequeños detalles: un chorro de aceite de oliva virgen extra, unas virutas de jamón serrano que aportan ese toque salino irresistible y, sobre todo, el toque maestro del pimentón ahumado, que eleva los sabores sin restar naturalidad al conjunto.
Los más atrevidos incluso añaden un poco de ajo laminado o perejil fresco, y quienes prefieren una versión más ligera pueden disfrutarla en formato ensalada templada, aliñada con zumo de limón, mostaza de Dijon y nueces picadas. Un plato que pasa de la rutina a la categoría de receta gourmet en apenas unos minutos y sin complicaciones.
Además, cultivar judías verdes en casa se ha convertido en tendencia entre los amantes del bienestar y la cocina sostenible. Las variedades de “mata baja”, perfectas para terrazas o balcones, apenas superan los 40 centímetros de altura y garantizan un sabor más fresco imposible de replicar. Con propuestas como esta, la cocina tradicional recupera protagonismo y demuestra que la simplicidad bien entendida sigue siendo el alma de la buena mesa.
De este modo, lo decía José Andrés con una sonrisa en una de sus entrevistas: “La magia no está en cambiar los ingredientes, sino en aprender a escucharlos”. Y, a la vista de cómo suenan unas judías verdes al ritmo del pimentón de La Vera, parece que tiene toda la razón.