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¿Vino de Bordeaux en tetrabrick? La gota que colma el vaso
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¿Vino de Bordeaux en tetrabrick? La gota que colma el vaso

La prestigiosa firma Cordier Mestrezat Grands Crus lleva más de un siglo elaborando vino de Bordeaux de calidad pero nunca había despertado tanta expectación como con

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¿Vino de Bordeaux en tetrabrick? La gota que colma el vaso

La prestigiosa firma Cordier Mestrezat Grands Crus lleva más de un siglo elaborando vino de Bordeaux de calidad pero nunca había despertado tanta expectación como con su último lanzamiento: vino en tetrabrick. Dos poderosas razones explican semejante agravio a la tradición: por un lado, la fuerte competencia de productos procedentes de Australia, Argentina o Chile, que ha provocado un descenso en las ventas de vino francés. Por otro, el hecho de que los jóvenes galos se decanten cada vez más por la cerveza o los licores.

No es que el vino en tetrabrick sea una novedad en Europa o en Norteamérica, pero generalmente se asocia a un producto de pésima calidad y bajo precio. Cordier, cuyos vinos más sofisticados alcanzan los 2.500 euros, es la primera firma prestigiosa de Burdeos que utiliza este envase para sus vinos. La compañía anunció el pasado mes que pretende comercializar su marca Tandem en bricks de cartón de 250 mililitros que disponen de una pajita especial con cuatro orificios, según un artículo publicado por The Wall Street Journal. Cordier asegura que dicha pajita, diseñada para rociar el vino en la boca, produce una sensación similar a la de disfrutarlo en una copa.

Las versiones de tinto, blanco y rosado ya están disponibles en llamativos bricks de colores fabricados por la empresa suiza Tetra Pak S.A. Sin embargo, antes de lanzar su revolucionaria idea en Francia -en 2008, según lo planeado-, la firma está experimentando el producto en 600 supermercados en Bélgica, a un precio aproximado de dos euros la unidad. Cordier asegura que su objetivo es ofrecer vino de calidad que atraiga a las jóvenes generaciones. “Es un producto que puede venderse en estadios, hoteles y aerolíneas”, afirma Vincent Bonhur, director de marketing de la compañía. No obstante, también reconoce que el vino en tetrabrick puede suponer un cambio demasiado radical para los franceses. “En Francia, el sector del vino aún es muy tradicional pero esperamos que en mercados como Canadá, Reino Unido y el norte de Europa este nuevo formato sea todo un éxito”, señala en un comunicado.

Atraer a nuevos consumidores es crucial para una industria tan incrustada en la economía francesa. Francia es el mayor productor de Europa y aporta al mercado unos 55 millones de hectolitros anuales. También es el principal consumidor de vino, aunque entre 1995 y 2005 el consumo cayó de un promedio de 60,8 litros por persona al año a unos 54,9 litros, según Viniflhor, entidad que representa el sector agrícola en el país. En un principio, las fuertes exportaciones de vino francés compensaban la caída de la demanda interna. Sin embargo, éstas también han disminuido durante los últimos años debido a la competencia de vinos de calidad y precios módicos de países como Australia, Argentina, Chile y Sudáfrica. Actualmente, la Unión Europea está considerando adoptar una ley que daría incentivos a las vinícolas francesas para que reduzcan su producción.

Los fabricantes galos no dudan de que las nuevas generaciones beben mucho menos vino. En 1980, casi un cuarto de los franceses de entre 20 y 24 años consumían vino a diario, según Viniflhor. En 2005, este porcentaje cayó hasta el 2,3%. “Necesitamos cambiar la imagen del vino en nuestro país”, afirma Pierre Leclerc, director del Comité Económico para los Vinos del Sudeste de Francia, "hemos ignorado a los jóvenes y ahora estamos pagando el precio".

La prestigiosa firma Cordier Mestrezat Grands Crus lleva más de un siglo elaborando vino de Bordeaux de calidad pero nunca había despertado tanta expectación como con su último lanzamiento: vino en tetrabrick. Dos poderosas razones explican semejante agravio a la tradición: por un lado, la fuerte competencia de productos procedentes de Australia, Argentina o Chile, que ha provocado un descenso en las ventas de vino francés. Por otro, el hecho de que los jóvenes galos se decanten cada vez más por la cerveza o los licores.