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Vinos por encima de la ley
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vinos 'top' que no son ni crianza ni reserva

Vinos por encima de la ley

No son cuatreros ni bandidos ni tampoco están en busca y captura. Al menos que nosotros sepamos. Se trata de vinos que hacen caso omiso a

Foto: Cava de Bodegas Mauro, bodega pionera en elaborar vinos genéricos, en este caso en V.T. Castilla y Leon
Cava de Bodegas Mauro, bodega pionera en elaborar vinos genéricos, en este caso en V.T. Castilla y Leon

No son cuatreros ni bandidos ni tampoco están en busca y captura. Al menos que nosotros sepamos. Se trata de vinos que hacen caso omiso a las indicaciones de envejecimiento –crianza, reserva o gran reserva- y que apelan a la fuerza de su marca y a su estilo inconfundible. Valentía en estado puro. Son vinos top que rompen el tópico de que un crianza es necesariamente más barato o peor que un reserva. Son los llamados vinos genéricos, que pudiendo presumir de crianzas o reservas optan por no tatuarse su vejez.

¿Motivos? Principalmente dos. El primero es que la bodega se encuentre en una región no considerada denominación de origen, caso en el que los indicativos de crianza no están contemplados. Existen auténticas maravillas que respondan a este modo de vida: por ejemplo Mauro (nombre sobradamente conocido para cualquier aficionado al vino), marca pionera en esto de los vinos de la tierra.

Otro es su vecino Leda, casa propiedad de los García de Mauro y del Grupo Masaveu. Animamos a probar su Leda Viñas Viejas 2009, un 100% tempranillo de edición limitada que habla muy bien y muy alto de los vinos de la tierra. Y no podemos dejar este apartado sin citar a Abadía Retuerta (con su emblemático Abadía Retuerta Selección Especial), que situada en la famosa milla de oro del vino español responde al indicativo de V.T. Castilla y León.

El segundo motivo es más gamberro. Se trata de elaboradores que, aun perteneciendo a una Denominación de Origen (y que por tanto están en posición de tatuar su envejecimiento), optan por mantener cada añada en barrica el tiempo que les parece oportuno, sin normas ni ataduras. Es una forma de dar valor a lo que habita dentro de cada botella más allá de envejecimientos preestablecidos.

¿Ventajas? Además de la libertad para dar cada año al vino los matices que les plazca, pueden adelantarse al mercado. Un ejemplo: en Rioja se exige 24 meses para los crianza y 32 para los reserva y en ambos casos al menos doce de esos meses deben ser en barrica (sin especificar si es o no barrica nueva). Si se opta por ser un genérico, esta norma desaparece. Viva la libertad.

Esta salida del tiesto comenzó en Rioja a finales del siglo pasado. Un ejemplo de estas firmas pioneras en ‘salirse de la ley’ fueron San Vicente, Artadi o Pujanza (mención especial a su Pujanza 2005). A estas le han seguido, por ejemplo, Finca La Emperatriz, que aun elaborando crianza y reserva, desafían el establishment con su personalísimo Terruño 2008. Otros casos destacables son Señorío de Cuzcurrita, u Orben, el lado más moderno Izadi, cuyo Orben 2007 está en un gran momento de consumo.

Así que ya saben, si se cruzan con botellas sin indicativo de crianza, no les den la espalda, los vinos ‘fuera de la ley’ también crean afición.

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No son cuatreros ni bandidos ni tampoco están en busca y captura. Al menos que nosotros sepamos. Se trata de vinos que hacen caso omiso a las indicaciones de envejecimiento –crianza, reserva o gran reserva- y que apelan a la fuerza de su marca y a su estilo inconfundible. Valentía en estado puro. Son vinos top que rompen el tópico de que un crianza es necesariamente más barato o peor que un reserva. Son los llamados vinos genéricos, que pudiendo presumir de crianzas o reservas optan por no tatuarse su vejez.

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