Blancos con madera para los que solo beben tinto
Para los de "yo es que solo bebo tinto" y "el mejor blanco es un tinto". Hoy os recomendamos cinco blancos que sabemos sorprenderán y harán las delicias de los que a priori los rechazan
Es en la película 'El hijo de la novia' donde Ricardo Darín, que interpreta al dueño y encargado de un restaurante, pide a su distribuidor que le envíe 6 cajas de vino tinto y una de blanco "por si aparece alguien con mal gusto". Esta frase es tan deleznable como magnífica es la película. Así lo vemos nosotros. El vino blanco, el buen vino blanco, el que está bien elaborado, el que respeta el terruño, el que es sincero y franco, merece tanto -y en muchas ocasiones incluso más- la pena como muchos tintos.
Aún así, como de todo hay en la viña del Señor, sabemos que entre nuestros lectores hay bebedores que discriminan el blanco y solo beben tintos. Esta pieza es para ellos. Hoy os vamos a recomendar cinco blancos que sabemos sorprenderán y harán las delicias de los que a priori los rechazan. Blancos muy diferentes entre sí, nacidos de zonas muy diferentes y elaborados cada uno con su variedad. En común: criados en madera, blancos otoñales que requieren reposo, disfrute lento, que incluso deben beberse a más temperatura de la que habitualmente se suele disfrutar de un blanco.
Vamos por ello:
Naiades 2011 (21,20 €)
Blanco, D.O. Rueda, Bodegas Naia
Naiades es una de las expresiones supremas de Rueda, cepa vieja y ligero paso por madera. Solo se elaboran 22.000 botellas al año de este exclusivo blanco que desde que nació ha recibido loas de críticos, sumilleres, expertos, aficionados… Elegante y muy suave. Un blanco de los que hacen grandes los blancos españoles.
Izadi Blanco Fermentado en Barrica (8,20 €)
Blanco, D.O.Ca. Rioja, Bodegas Izadi
Se trata del blanco fermentado en barrica de la riojana Izadi, que además estrena imagen en esta añada 2014. Un blanco elaborado con viura y un pelín de malvasía obtenidas de viñedos plantados en los años sesenta (recordemos: cuanto más viejo, menos producción, más concentración, más calidad. Resumamos: viñedo viejo = mejor vino). Es un blanco diferente, para disfrutarlo reposadamente, incluso un poco menos frío de lo que solemos acostumbrar.
Barcolobo Verdejo Fermentado en Barrica (10,95 €)
Blanco, V.T. Castilla y León, Bodega Barcolobo
Algo más que un verdejo. Se trata de un blanco elaborado con uva obtenida de un solo pago. Tierra de secano en este caso. Mucho sabor. El pequeño paso por barrica además lo distingue más si cabe. Un vino del que apenas se elaboran 4.000 botellas. Todo un lujo y un descubrimiento. Y, además, estrena imagen.
V3 Verdejo Viñas Viejas 2011 (17,20 €)
Blanco, D.O. Rueda, Bodegas Menade
Sí, es un 2011, y gracias a lo bien elaborado que está y al aporte de la madera, hoy, cuatro años más tarde, está más vino que nunca. Añada con renovada imagen, compleja, con más estructura y untuosidad, ideal para acompañar toda una comida. Lo mejor dentro de su elaboración en madera es que el aporte del roble es de una gran sutilidad, así que al final nos encontramos con un trago muy equilibrado, con bastante recorrido y persistencia.
Hospices de Beaune Paul Chanson Corton Vergennes Grand Cru 2010 (159,95 €)
Blanco, Borgoña, Hospices de Beaune
El precio es alto, lo sabemos. Pero la categoría del vino y su exclusividad lo merecen. Es seguramente uno de los blancos que más tópicos sobre blancos rompe. Este vino se elabora a partir de los escasos viñedos de uva blanca (chardonnay) que hay en la denominación de Corton, dominada por la variedad tinta 'pinot noir'. La viña de Les Vergennes está plantada en una colina contigua a Corton-Bressandres. Paul Chanson, un gran embajador de los vinos de Francia y de Borgoña en particular, donó estas viñas en 1974. Al estar rodeadas de cepas tintas, él prefería llamarlas 'pinot blanc' en lugar de 'chardonnay'.
Es un blanco elegante pero con garra, con volumen, de una mineralidad marcadamente salina y capacidad de desarrollo en botella. Es un blanco extremadamente potente, pero con 12,5º, lo que lo convierte en una auténtica delicia. El envejecimiento en barrica fue realizado por el 'négociant' Lucien Le Moine.
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Es en la película 'El hijo de la novia' donde Ricardo Darín, que interpreta al dueño y encargado de un restaurante, pide a su distribuidor que le envíe 6 cajas de vino tinto y una de blanco "por si aparece alguien con mal gusto". Esta frase es tan deleznable como magnífica es la película. Así lo vemos nosotros. El vino blanco, el buen vino blanco, el que está bien elaborado, el que respeta el terruño, el que es sincero y franco, merece tanto -y en muchas ocasiones incluso más- la pena como muchos tintos.