Peique, tintos elegantes que han hecho que la mencía del Bierzo saque pecho

“Un vino que lleva tu apellido tienes que cuidarlo mucho, del que más orgulloso tienes que sentirte”. Son palabras de Jorge Peique, el enólogo de Bodegas Peique, un apasionado del terruño berciano y de la mencía. Jorge es el pequeño de los tres hermanos que hoy gestionan este proyecto familiar que ha hecho de la mencía una uva de culto, que ha pasado de estar -¿por qué no decirlo?-denostada, a ser la materia prima de vinos venerados.

El viñedo está ubicado en Valtuille de Abajo, un pueblo construido sobre el castro de la Ventosa, una muralla con un perímetro de más de 1.000 metros que ha sido declarada bien de interés cultural y donde se asentó en su día la ciudad prerromana Bergidum Falvium, de donde deriva el nombre de Bierzo. En la actualidad solo tiene 200 habitantes que se dedican en exclusiva a la viticultura y a su rico patrimonio de viñedos viejos.

La familia Peique es propietaria de 20 hectáreas de unos 75 años de edad media (las cepas más jóvenes tienen alrededor de 50 años) con pequeñas producciones que oscilan entre el kilo y medio y los dos kilos de uva por cepa. Dato interesante para demostrar que aquí se busca calidad, no cantidad.En una zona de minifundio, donde apenas hay diferencias entre las fincas de diferentes bodegas, la distinción hay que hacerla en el trato del viñedo y a la hora de elaborar el vino, de ahí que la experimentación e investigación sean conceptos fundamentales en la definición del vino en esta casa.

En opinión de Jorge Peique, para saber a dónde quieres llegar, el secreto está en no dejar de aprender. Se trata de probar infinidad de vinos para saber lo que se está haciendo y lo que demanda el consumidor. Hay que intercambiar opiniones con otros enólogos, bodegueros y consumidores para poder evolucionar.

Los tres hermanos recuerdan cómo comenzaron en 1999 con su primer embotellado de un tinto joven en una bodega de prestado; cómo Luis Peique fue bar por bar dejando una botella para ver si alguien llamaba porque le había gustado el vino. Cómo el primer año iban a trabajar a la bodega todos los fines de semana del año ya que entre semana tenían sus trabajos... Han pasado más de quince años y hoy elaboran cinco vinos tintos a partir de mencía de viñedo viejo, un blanco de godello y un rosado.

Los vinos

Peique Ramón Valle 2013lleva el nombre del abuelo de Mar, Luis y Jorge, los tres hermanos que gestionan hoy Bodegas Peique. Un tinto del año, nacido de cepas de alrededor de 50 años y elaborado según la forma más tradicional. Un tinto fresco, atlántico, muy directo y perfecto para compartir con amigos. Una entrada de lo más elegante en el Bierzo. Peique Viñedos Viejos 2010 es un paso más, un tinto que demuestra en copa la pasión por el terruño de esta familia. Nace de viñas con 70 años de edad y es muy sabroso, frutal y equilibrado. Ideal para beber en pareja, nos dice su enólogo.

Peique Selección Familiar 2008 es uno de los dos vinos 'top' de la bodega -solo se elabora los mejores años-y casi seguro uno de los mejores tintos nacidos en esta tierra atlántica. Un vino serio, equilibrado, de los que dan qué pensar. Tiene ya ocho años a sus espaldas y cuando uno lo sirve se sorprende tanto del color joven, de la alta intensidad, que cuesta creer que se trate de un 2008. Y es que ahí es donde se demuestra el trabajo, la meticulosa viticultura, y sobre todo la gran calidad de la uva con la que se ha elaborado: la mencía.

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