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Las mejor y peor vestidas de la boda

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Sin duda alguna Máxima de Holanda fue una de las invitadas más elegantes. Sin tener que recurrir a un abrigo o levita, como inicieron sus compañeras de profesión, la princesa de origen argentino demostró una vez más, cómo acertar con un arriesgado estilismo. Vestida por la firma Natan, lució una blusa ocre de manga acampanada y falda de tubo jaspeada con broche en la parte delantera. El tocado de plumas en tonos mostaza y marrones causó sensación
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Pese a acertar siempre son sus estilismos, en esta ocasión Victoria de Suecia no eligió la levita correcta. Y es que, el abrigo gris que llevaba no combinaba bien con el vestido crema de debajo.
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Miriam Ungría fue fiel a Eduardo Ladrón de Guevara y apostó por un modelo del diseñador muy naive en crema que combinó con una cartera y guantes a juego y una vistosa pamela con detalles en azul.
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La princesa Letizia no convenció con su vestido en crepe de seda en color ciruela bajo un abrigo de encaje de guipur con flores adornado con bordado de perlas barrocas cristal al tono. Uno de los elementos que menos convencieron fue la gran pamela con la que apareció, demasiado grande para su rosto.
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Mary de Dinamarca eligió un vestido frambuesa con nudo en la parte delantera a la altura de la cintura y un gran sombrero gris que, contrariamente a doña Letizia, sí le favorecía por la forma de su cara.
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Matilde de Bélgica es una de las princesas más elegantes de Europa, sin embargo, en esta ocasión y pese a haber deslumbrado a todos la noche anterior con un elegante vestido de fiesta azul, para la ceremonia religiosa la belga optó por un abrigo color champán de manga acampanada que no convenció.
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Contrariamente a las princesas de Oriente Medio que optan por la moda occidental, Lalla Salma de Marruecos nunca renuncia a sus vistosos trajes árabes, un detalle que se ha convertido en su seña de identidad.
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Fiel a sus sombreros, la reina de Holanda apareció durante el enlace de Stéphanie y Guillermo con un diseño clásico. En cuanto al conjunto, la soberana de la casa de los Orange eligió un conjunto de falda y chaqueta lila con estampado floral, con volante cruzado y zapatos y clutch plata.
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Haciendo honor a uno de los colores del ducado, el naranja, María Teresa apareció deslumbrante ante los fotógrafos agolpados en la catedral de Notre-Dame. La Gran Duquesa eligió un diseño de la firma Natan de abrigo de corte retro, a juego con un elegante turbante decorado con brillantes.
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Marta Luis de Noruega quiso ir tan conjuntada que hasta se pintó las uñas de gris perla, un detalle que estropeaba el conjunto del estilismo.
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Sobria pero elegante. Así se presentó Clotilde Courau a la ceremonia religiosa celebrada en Luxemburgo. Con un entallado vestido crema, marcado con unos cortes en la cadera, combinó la prenda con un sencillo tocado de plato para no quitarle protagonismo al resto del estilismo.
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Impecable. Como siempre. Carolina de Mónaco volvió a demostrar que sigue siendo una de las princesas más elegantes y con mejor gusto de Europa. Ataviada con un sencillo vestido marrón, decorado con pedrería, y un pequeño tocado velado brilló entre las invitadas que acudieron a la catedral.
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La soberana belga mostró un estilismo demasiado abrigado, que contrastaba con los modelos del resto de invitadas.
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