La reina Máxima de Holanda ha vuelto a sonreír tras el complicado mes de agosto que ha atravesado. Lo ha hecho en solitario y durante un acto oficial en el que ha acudido al centro Kansfonds, de ayuda a personas vulnerables que celebraba su 60 aniversario.
Este ha supuesto su regreso tras las vacaciones de verano, tristemente ensombrecidas por el fallecimiento el pasado 8 de agosto de su padre Jorge Zorreguieta a los 89 años tras sufrir una larga enfermedad. Un duro varapalo para la siempre sonriente Máxima que tras unas semanas apartada de los medios ha vuelto con las pilas cargadas a sus obligaciones en Holanda.