Ayer se celebró una de las galas más irreverentes del sector musical. Los MTV Video Music Awards 2015 fueron presentados por la incombustible Miley Cyrus y no dejaron indiferente a nadie.
Para empezar bien la velada, la cantante se fumó lo que parecía ser un porro (no podemos afirmarlo, pero tenía toda la pinta y la prensa americana lo da por hecho) y se metió (sí amigos, Miley se mete en la ropa, no se viste) en un sinfín de estilismos que harían palidecer a la mismísima editora de Vogue USA, Anna Wintour.
Antes de dar comienzo el espectáculo, la alfombra roja nos dio dos momentazos. El primero, la inmensa masa pectoral de Britney Spears que difícilmente mantenía a raya su escueto vestido. ¡Bravo! Por fin la princesa del pop vuelve a la primera lína de las red carpets aunque sea tirando de copa de sujetador. El segundo, pero no por ello menos importante, la llegada del matrimonio formado por Kanye West y Kim Kardashian. ¿Que qué tuvo de especial? Lo de siempre, pero en tamaño XXXXL. Sí, queridos, el culo de la socialite sigue su expansión hasta que llegue a dominarnos a todos.
Por lo demás, la gala transcurrió sin sobresaltos y con las ñoñerías habituales. Taylor Swift con su cara de niña buena norteamericana, Justin Bieber llorando cual quinceañera tras su vuelta a los escenarios y mucho gesto obsceno sobre el escenario. The show must go on.
Fotos: Gtres.