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Emoción y honores en el funeral de Estado de Charles Aznavour

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Macron y su mujer, Brigitte, acompañan el féretro con los restos mortales del cantante. (EFE)
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Macron y su mujer, Brigitte, acompañan el féretro con los restos mortales del cantante. (EFE)

La visible emoción de Brigitte Macron. (EFE)
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La visible emoción de Brigitte Macron. (EFE)

Imagen en solitario del presidente francés. (Cordon)
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Imagen en solitario del presidente francés. (Cordon)

Familiares acompañan el féretro. (EFE)
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Familiares acompañan el féretro. (EFE)

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El presidente francés, Emmanuel Macron, permanece ante el féretro. (EFE)
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El presidente francés, Emmanuel Macron, permanece ante el féretro. (EFE)

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La despedida con honores al cantante francés. (EFE)
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La despedida con honores al cantante francés. (EFE)

El presidente en uno de los momentos del funeral. (Cordon)
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El presidente en uno de los momentos del funeral. (Cordon)

La importancia de Charles Aznavour en la cultura francesa se ha manifestado este viernes con un funeral de Estado que supone uno de los homenajes más grandes que se hayan hecho a un artista en el país galo. Se trataba de un último adiós oficial al que asistieron los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Armenia, Armen Sarkissian. Algunas fotos parecían indicar la emoción de Brigitte Macron en algunos momentos del funeral.

Por expreso deseo de su familia, la ceremonia no tuvo el carácter popular que en diciembre pasado se le dio a la de Johnny Hallyday, otro mito de la música francesa, cuyo féretro recorrió calles del centro de París rodeado por cientos de miles de fans.

En esta ocasión, fue el palacio de los Inválidos, hasta hace poco reservado a actos militares, quien acogió una ceremonia a la que solo asistió un millar de personas, la mayor parte de ellos autoridades y representantes del mundo del espectáculo, tanto de Francia como de Armenia.

Una pantalla gigante en el exterior del edificio permitió a varios centenares de fans seguir el acto en directo.

Estuvo marcado por la sobriedad y solo cobró un tono más emotivo al final, cuando el coro de la guardia republicana francesa entonó 'Emmenez-moi', uno de los más célebres títulos del repertorio de Aznavour.

"Llévenme al final de la tierra, llévenme al país de las maravillas. Creo que la miseria sería menos penosa al sol", decía en este tema cantado mientras el féretro abandonaba el patio de armas para dirigirse a la catedral armenia de París, donde iba a tener lugar un acto religioso reservado a la familia.

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