Los invitados a los Premios Fotogramas de este año no debían de tener muy claro el dress code de la velada. Porque igual nos hemos encontrado seguidoras del #Metoo americano obsesionadas con el negro que vestidos de princesa Disney, que looks de street style de influencer de quinta. Y, claro, si no estableces el nivel de elegancia que esperas que las actrices demuestren a su paso por tu photocall, puede acabar todo como el rosario de la aurora o como esta mezcolanza extraña en la que solo se salvan los clásicos (Bárbara, querida, gracias por este recital de compostura) y algunas audacias con mucho carisma (Aitana, magnífica; Patricia López Arnáiz, realmente original), pero en el que fracasan estrepitosamente los excesos (Adriana, ¿qué te ha pasado?) y las odas más planas al aburrimiento (sí, Paula, nos referimos a ti y a tu vestido columna). En fin, que vamos a repasar lo que dio de sí la noche, que no fue tampoco demasiado.