La sombra estilística de la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump (48 años), es alargada. Casi tanto como abultado resulta ese armario en el que atesora algunos de los mejores conjuntos del diseño contemporáneo. La nómina de firmas que lo componen es infinita. Eso sí, todas deluxe. Valentino, Dior, Chanel o Fendi son algunas de las marcas en las que ha confiado desde el día en que su marido tomó posesión de su cargo hace ya dos años.
Melania defiende con tino desde vestidos de alta costura hasta conjuntos más casual para actos menos protocolarios. Pero es, precisamente, en las cenas de gala o en visitas de Estado donde suele desplegar toda su artillería. Sonadas fueron sus apariciones con motivo de su visita de Estado a Japón. Delpozo y Fendi fueron dos de sus grandes aliadas. ¿Y qué hay de su viaje a Francia? Convirtió a la maison Dior en su marca de cabecera para demostrarle al mundo que el chic francés también está pensado para que lo luzca una eslovena.
Resulta difícil pillar en un renuncio a la primera dama norteamericana. A pesar de que estudia al milímetro todas y a cada una de sus apariciones públicas, Trump suele incurrir siempre en el mismo error: un tono en su maquillaje que no se ajusta al de su piel y una manicura de los más extravagante. Con todo, a continuación repasamos algunos de sus aciertos más sonados ahora que ha llegado al ecuador de su papel como first lady.