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Juan de Villanueva, un genio olvidado

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Construyó el Museo del Prado, el Real Observatorio Astronómico y la Academia de Historia, entre otros edificios emblemáticos de la capital española. Hijo del escultor del mismo nombre y hermano del también arquitecto Diego de Villanueva, Juan de Villanueva es el máximo exponente, junto con Ventura Rodríguez, de la arquitectura neoclásica en España, quien mejor supo trasladar a España los postulados teóricos de esta corriente artística europea. Su prolífica obra haría realidad el sueño de Carlos III: que Madrid dejara de ser un pequeño pueblo para convertirse en una urbe moderna, monumental y abierta a la ciencia. Juan de Villanueva convirtió así a Madrid en una ciudad nueva y sin embargo, a pesar de su relevancia histórica y de su huella en la arquitectura internacional es, a día de hoy, un gran desconocido. El próximo lunes se conmemora el bicentenario de su muerte y Vanitatis rinde merecido homenaje a esta figura 'olvidada' con un repaso gráfico a sus construcciones más representativas.
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Con tan sólo once años, Juan de Villanueva ingresó como alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, hasta 1758, momento en el que se trasladó a Roma, donde permaneció siete años para completar su formación, volviendo a España en 1765. Instalado en Madrid, fue nombrado académico de Mérito de la Real Academia.
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En 1768, Juan de Villanueva fue nombrado arquitecto de la comunidad de monjes jerónimos del Monasterio de El Escorial, donde realizó las llamadas 'Casas de Oficios' junto al monasterio, manteniendo una línea austera, con desarrollado sentido de las proporciones, de acuerdo con el estilo herreriano y neoclasicista, y además la Casita de los Infantes.
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Más tarde, Carlos III lo nombró arquitecto del príncipe y los infantes. En lo sucesivo trabajaría casi en exclusiva para la casa real. Desde 1781 fue arquitecto encargado del Monasterio de El Escorial; Carlos IV le nombró arquitecto mayor.
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En 1771 construye la Casa de Infantes, en el Real Sitio de Aranjuez; en 1772, la Casita del Príncipe en El Pardo; en 1773, la Casita de Arriba, para su uso por el infante don Gabriel, y la Casita de Abajo (o del Príncipe), ambas en El Escorial.
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Sin embargo, su obra maestra es el edificio del Museo del Prado (con proyectos en 1785 y 1787). Concebido como Museo de Historia Natural y convertido en Museo de Arte en 1814, es uno de los más bellos edificios del neoclásico español.
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Fue un arquitecto prolífico, al que se deben también el edificio de la Academia de Historia, el Oratorio del Caballero de Gracia y el Observatorio Astronómico, situado en el Parque del Retiro, todos en la capital.
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También es en gran parte obra suya la imagen actual de la Plaza Mayor madrileña, que reconstruyó después del incendio de 1790, cerrando el viejo recinto urbano a través de grandes arcadas y homogeneizando la altura del caserío. A raíz de estas obras surgirán el Arco de Cuchilleros y el portal de Cofreros.
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Dos cientos años después de su muerte, el documental Juan de Villanueva, el genio olvidado, que el próximo lunes 22 de agosto emitirá en exclusiva el Canal Historia, repasará los episodios más importantes de la vida del arquitecto y se adentra en sus principales edificios, descubriendo los secretos que rodearon a su construcción y que los hacen únicos. Además, por primera vez se mostrará el lugar donde está enterrado Villanueva: una cripta 'olvidada' bajo la capilla de Nuestra Señora de Belén, ubicada en la madrileña iglesia de San Sebastián.
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