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La Reina del pop protagonizó la anécdota de la noche en la gala de entrega de los premios Brit Awards al caerse de espaldas durante su actuación. Madonna lucía una larga capa de la que tiraron sus bailarines, pero la prenda no se soltó como estaba previsto, dando como consecuencia una aparatosa caída por las escaleras que seguro que le dejó más de una secuela a la diva estadounidense de 56 años. Tras el tropezón, hizo como si nada hubiera pasado, o sea, justo lo que decía la canción: “I’m gonna carry on…” (“Voy a seguir adelante”).

Luego, Madonna publicó en su cuenta de Instagram que le habían atado la capa demasiado fuerte: “¡Estoy bien!”, informó para la tranquilidad de sus fans.