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Si Francisco y Cayetano Rivera siempre han sentido la vocación taurina, parece que a su hermano Kiko ha tardado en llegarle dicha vocación. Él siempre ha mantenido que torear no era lo suyo y que lo que llevaba en los genes era la música, la profesión de su madre. Sin embargo, a sus 32 años ha decidido ponerse delante de una vaquilla y quién mejor para enseñarle los secretos de este arte que sus hermanos mayores. Vestido con un 'look' poco apropiado para una plaza de toros, Kiko coge el capote y la muleta y, no sin miedo, se pone delante del animal. A sus hermanos se les oye reírse de las maniobras de Kiko, pero cómo no, este se lo toma con mucho humor.