Naomi Campbell encontró la paz barriendo y fregando

Naomi Campbell parece haber moderado su carácter tras ser mujer de la limpieza por imposición judicial. La modelo británica ha reconocido que su trabajando fregando suelos en un depósito de basura de Nueva York le ha dado una lección. Pero también le ha servido para fortalecerse en su decisión de mantenerse alejada del alcohol y las drogas. Y es que cinco días con la fregona en la mano le han permitido pensar mucho.

Campbell ha dicho en un periódico que encontró consuelo en barrer, sentencia que le fue impuesta por un juez como trabajo comunitario tras ser hallada culpable de agredir a su secretaria con un móvil. “No tenía otro responsabilidad. No tenía teléfono. No tenía tiempo para pensar. Sólo tenía paz”, confiesa la modelo en la revista W, que saldrá a la venta en breve y de la que da un anticipo el periódico New York Post.

Las sesiones de limpieza de Campbell se convirtieron en un circo. La modelo acudía todos los días en un lujoso coche con chófer y vestida con ropa de marca. De hecho, una de las veces salió del recinto con un traje de noche, ya que tenía una fiesta. Pese a su apariencia logró conectar con algunos compañeros, uno de los cuales le relató sus problemas con el alcohol. “Conecté con él y le dije que estoy en recuperación”, dice Campbell.

En este personal diario, la modelo también se arrepiente de sus coqueteos con las drogas. “Primero busqué tratamiento para mis adiciones en 1999 y entonces estuve entrando y saliendo de la recuperación. Estuve bien durante un par de años y creo que tuve las cosas bajo control, pero entonces recaí”, asume. “Algunas personas pueden tomar un trago o una raya de cocaína pero yo finalmente me he dado cuenta que para mi, es todo o nada - y tiene que ser nada. Y mi vida ha cambiado desde entonces”, dice.

El mal genio de la Campbell le ha dado más que un quebradero de cabeza. Ha sido denunciada en varias ocasiones por agredir a sus empleadas y alguna que otra amiga. Por ello, la artista asegura que su trabajo para la comunidad le ha abierto los ojos y “algo he aprendido”. Además, piensa seguir asistiendo a terapia para seguir el camino correcto.