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Sotogrande: el reino del lujo más exquisito
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Sotogrande: el reino del lujo más exquisito

Sotogrande es el reino del lujo más exquisito. Aquí no hay espacio para la vulgaridad. Toda la urbanización es una selecta área residencial y de ocio

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Sotogrande: el reino del lujo más exquisito

Sotogrande es el reino del lujo más exquisito. Aquí no hay espacio para la vulgaridad. Toda la urbanización es una selecta área residencial y de ocio plagada de barreras de control, continuos badenes y limitaciones de velocidad. Una cancha de polo, cuatro campos de golf, dos hoteles NH, un club de playa, un puerto deportivo bien coqueto y promociones inmobiliarias agrupan la oferta de este privilegiado enclave.

Los espacios abiertos (abunda una frondosa y exuberante vegetación y las palmeras rascacielos, las washingtonianas), los chalés con la pintura todavía bien fresca y sus generosos porches podrían hacernos ver que nos hemos desplazado hasta Los Ángeles al rodaje de Mujeres desesperadas en la ficticia Wisteria Lane o la Miami de Alejandro partío Sanz en lugar de estar en Cádiz, en San Roque, lindando con la provincia de Málaga.

La urbanización, de 2.000 hectáreas, situada a sólo 15 minutos en coche de Gibraltar (muchos llanitos trabajan en el Peñón y viven en Sotogrande), acoge en julio y agosto a veraneantes, no a turistas. Es conveniente resaltar la diferencia. Y es que Sotogrande es uno de los pocos sitios de España donde los visitantes pasan, al menos, una semana de asueto, nada de fines de semana. Suelen residir dos semanas o el mes de agosto al completo.

Madrileños y británicos son la clientela más habitual. También residen llanitos, gribaltareños con poder adquisitivo. Nadie que se instale en Sotogrande tiene problemas con la subida del Euribor, ni con almorzar y cenar todos los días fuera. Se palpa viendo las asistentes de hogar que compran en el Supercor de la zona y los coches que circulan por la urbanización. Sobresalen los todoterrenos (cómo no, conducidos más por ellas) y los deportivos, descapotables, tan aficionados ellos. Las berlinas no parecen ser para el verano. Tampoco las bicicletas: los adolescentes se desplazan siempre en moto (algunos con el casco en el brazo, ¡ay!) y no tienen costumbre de ir andando a la casa del vecino.

Sotogrande nació en 1962 de la mano del estadounidense Joseph McMicking. Quería un lugar tranquilo, sosegado, lejos del bullicio de la Costa del Sol, pero lo suficientemente cerca como para no sentirse enjaulado. La nacional 340, la que va de Cádiz a Girona, divide a las dos zonas de Sotogrande: la marítima y la de interior, Sotogrande alto. En esta selecta zona tienen casa el abogado Antonio Garrigues Walter o Ana Rosa Quintana, que suele acudir muchas tardes a dar una vuelta con sus hijos mellizos por las tiendas del puerto. La modelo Inés Sastre, embarazada, también se deja ver por Sotogrande.

¿Es usted socio?

Acceder al campo de golf de Valderrama, uno de los mejores del país, donde en septiembre de 1997 se celebró la edición 32 de la Ryder Cup, las Olimpiadas de este deporte, y también lugar de la celebración de la Volvo Masters, la competición más importante de golf de España (primera semana de noviembre), es imposible sin pedir una autorización antes.

En el club de playa El Cucurucho ocurre igual que en Valderrama. Aquí la hora estrella es el mediodía. “Lo siento, ¿es usted socio?”, te abordan dos chicas veinteañeras que visten bermudas y camiseta azul marino. En El Cucurucho (por cierto, la única denominación popular en Sotogrande), las familias dejan a los niños a sus anchas y comen junto a una cristalera con vistas al Mediterráneo. Los pequeños desafían la digestión y se tiran de cabeza a la piscina. Los miércoles se organizan fiestas.

Las tardes son para el polo. Aquí se encuentra el club con más solera de España, el Santa María Polo, donde se disputa del 26 de julio al 31 de agosto el XXXVI Torneo Internacional Lexus, considerada la competición de polo más importante de España y una de las más sobresalientes del planeta. La Duquesa de Alba, Lara Dibildos y la cantante Shakira se pasaron el año pasado el club para entregar los premios a los ganadores.

No hace falta agudizar el oído para escuchar el acento argentino en la competición de polo. Hay hasta un speaker que, en la mejor tradición pibe, narra los partidos como si estuviera retransmitiendo un Argentina-Inglaterra de un Mundial de fútbol. “Si es gol, es golaso, si es gol, es golaso”. “Esconde la bocha –la pelota del polo es tres veces más grande que una de golf– y es gol de Pablito”. “Ahí va Agustín Merlo, ¡avanza por la cancha Agustín Merlo!”. Son algunas de las consignas del speaker.

Morir de éxito

Sotogrande puede, de todas formas, morir de éxito. Evidentemente no se ven tantas grúas como en la Costa del Sol, pero aquí parece que el boom inmobiliario está en su pleno apogeo. Las promociones que se están construyendo tienen precio de hasta 1,5 millones de euros (cuatro dormitorios) en Sotogrande Alto, cerca del NH Almenara. Aunque también se pueden comprar villas y adosados desde 650.000 euros.

Una de las promociones estrella es Ribera del Marlin, en la Marina de Sotogrande. Los pisos se venden con embarcadero. Ribera del Marlin estará lista a final de 2008. El precio ronda entre los 450.000 euros y el millón de euros. “La ventaja de Sotogrande respecto a Puerto Banús es que aquí los precios son más asequibles y no está tan explotados”, explica una portavoz de una inmobiliaria. El sol declina y los veraneantes y curiosos se desplazan a Sotogrande Costa a tomarse una copa en alguno de los garitos del Puerto Deportivo, desde donde se divisa la silueta del Peñón de Gibraltar.

Sotogrande es el reino del lujo más exquisito. Aquí no hay espacio para la vulgaridad. Toda la urbanización es una selecta área residencial y de ocio plagada de barreras de control, continuos badenes y limitaciones de velocidad. Una cancha de polo, cuatro campos de golf, dos hoteles NH, un club de playa, un puerto deportivo bien coqueto y promociones inmobiliarias agrupan la oferta de este privilegiado enclave.