Puerto Banús se queda pequeño: necesita 500 amarres más

Inaugurado en mayo de 1970, el Puerto José Banús tiene hasta Tenencia de Alcaldía propia. Una escultura rusa, La Victoria, situada al lado de la playa, símbolo inequívoco de la etapa GIL (el Ayuntamiento de Marbella se gastó 141 millones de pesetas en su adquisición). Coquetas casas blancas de estilo andaluz. Tiendas con las mejores firmas de moda del mundo: Versace, Dior, Gucci, Dolce Gabbana… Restaurantes de diseño. Y deportivos Ferrari y Lamborghini circulando a discreción.

Pero Puerto Banús se ha quedado pequeño (no la zona, que cuenta con centros Hipercor y El Corte Inglés, de los de más facturación de España), sino el puerto deportivo -apenas 915 amarres-, que no puede alojar a barcos de gran tamaño: no más allá de los 50 metros de eslora. Por eso, los Florentino Pérez, con su Pitina II, o ‘Pocero’ (Clarena I), se encuentran en Puerto Portals, Mallorca, y no en este selecto puerto del sur de España.

Puerto Banús, que recibe la visita de 4,4 millones de personas al año, nació imitando los mejores modelos de marinas de la Costa Azul francesa. Los barcos no sufren en Puerto Banús los efectos del temporal. “Sus aguas interiores son estables y se ha dado el caso de que, incluso con la escollera del puerto partida en dos, los yates no han sufrido desperfectos”, explica a El Confidencial José Sánchez, administrador de una sociedad náutica de Puerto Banús, que lleva ya 34 años afincado en Marbella y que comercializa prestigiosas marcas de embarcaciones de lujo.

La ampliación del puerto, valorada en unos 80 millones de euros, se considera fundamental para que Banús no se quede anclado en el pasado. El crecimiento no sería a costa de las dos playas que lo rodean a Poniente y Levante sino mar adentro. “Hacen faltan al menos 500 atraques más, construir un muelle de grandes cruceros para el turismo y que vengan yates de más de 80 metros de eslora”, explica Sánchez a este diario.

El pasado mes de mayo The World, el crucero privado más grande del mundo, hizo escala en Puerto Banús. El barco, con 200 metros de eslora, llevaba a bordo una media de entre 150 y 200 pasajeros y cuenta con una tripulación de 250 personas.

Al margen de la probable ampliación de Banús, la Junta de Andalucía planea la construcción de un gran puerto deportivo a partir del actual puerto pesquero, ubicado en el centro de la ciudad, con unos 2.500 amarres e incluso con capacidad para el atraque de cruceros.

Televisión y apartamentos sólo para multimillonarios

El mayor problema de Banús es la imposibilidad de habilitar amarres para barcos de gran eslora en temporada alta. Con todo, armadores de Oriente Medio, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos siguen confiando en el potencial de Puerto Banús. El barco Núfer, propiedad de Fernando Fernández Tapias, Fefé, de 43 metros de eslora, sí fondeó la semana pasada en el recinto.

Puerto Banús necesita más glamour, más personajes con relumbrón sí quiere conservar su imagen turística de prestigio. Y es que Marbella, y más concreto Puerto Banús, se quiere seguir vendiendo como una marca exclusiva, alejada de los juzgados y de la Operación Malaya que ha inundado la ciudad en los últimos tiempos.

Iniciativas como la de la Theresa Bernabé, que ha montado una televisión para millonarios por Internet con base en Banús, situada junto al hotel Benabola o la de la agencia inmobiliaria Kristina Szekely’s, que vende apartamentos y villas de hasta 30 millones de euros, demuestran que Marbella sigue siendo un lugar exclusivo y apetecible, por mucho que se empeñaran en corruptearla Jesús Gil, Juan Antonio Roca, Julián Muñoz o Mayte Zaldívar.