El torero Ponce ‘engaña’ a sus amigos con la exclusiva de su embarazo

La portada de Hola lo anunciaba a bombo y platillo: los Ponce, tras una década de feliz matrimonio, se habían embarazado por fin. Y es que la buena noticia hizo esbozar una sonrisa a más de uno al hojear la revista de Sánchez Junco por conseguir una exclusiva tan perfecta. A otros les sentó como un jarro de agua fría. No es oro todo lo que reluce y Enrique Ponce prefirió contar su encargo a la cigüeña a esta publicación rosa antes que a sus propios amigos, que llevan diez años esperando esta ansiada noticia. Todo fue obra de una maquiavélica conspiración propia de una película de James Bond.

Algunos periodistas avezados tenían la intencionada filtración de la buena nueva mucho antes. Sólo hacía falta cocinarla despacio, a fuego lento, colocar unas fotos almibaradas y, sobre todo, evitar que los familiares se fueran de la lengua. Dicho y hecho. El contenido gráfico venía de archivo, como el refrito documental sobre su matrimonio, su boda en el año 1996 y sus deseos de buscar un bebé.

Paloma y Enrique cuidaron a la perfección que ni un solo desliz pudiera dar al traste con la esperada portada. Y entre la familia y la noticia, eligieron lo segundo dando la callada por respuesta. Pero para que nadie se molestara, decidió comunicar de madrugada, horas antes de la salida de la revista, su embarazo a sus amistades. Para ello no se le ocurrió otra cosa que enviar un mensaje estándar a sus conocidos. La factura móvil, sin duda, le va a salir cara este año.

La revista ya iba camino de los kioskos y no había posibilidad de que nadie se fuera de la lengua y fastidiase el baby boom de la semana del corazón. Milimétrico anuncio, calculado hasta el último detalle, casi científico. Esmereda selección de los melosos posados y esmerado, por ansiado, el embarazo.