La deuda de 800.000 euros de Concha Velasco
Durante un tiempo, a Concha Velasco parecía que le había mirado un tuerto. No había semana que no tuviera un disgusto. Mejor dicho, no pasaban siete
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Durante un tiempo, a Concha Velasco parecía que le había mirado un tuerto. No había semana que no tuviera un disgusto. Mejor dicho, no pasaban siete días sin que algo o alguien de su entorno le creara problemas.
A sus líos matrimoniales de “hoy me separo pero mañana no”, que casi acaba con la paciencia de sus abogados, había que sumar la venta de sus casas, primero el chalet de la Moraleja y después el piso de la Avenida de San Luis; más los problemas con Hacienda por el impago del IVA y IRPF de varios años; la falta de liquidez a pesar de llevar toda la vida trabajando; los desajustes emocionales que le provocaban las apariciones estelares de Paco Marsó; y hasta el percance que sufrió en el teatro de Lina Morgan, que le obligó a cancelar durante unos días su función de Filomena Marturano. Es cierto que en esta ocasión Marsó nada tuvo que ver y sí el mal fario que se le supone a una artista que había actuado antes que ella en La Latina.
Entre medias, se produjo la detención de su hijastra Diana Patricia con el consiguiente disgusto para Concha que siempre había mantenido una relación muy buena con ella y con el nieto. De hecho, durante un tiempo fue la artista la que ayudó a la manutención del pequeño, incluido el pago de la guardería.
Como no hay mal que cien años dure, tras su separación llegó el divorcio ratificado esta semana. Con los pocos ahorros que tenía compró un pisito en San Chinarro, un barrio de gente joven y a tiro de piedra del de sus hijos. Y como me decía muy contenta: “Antes ni les veía y ahora todos los domingos que estoy en Madrid comemos juntos paella. He aprendido a vivir sola, a reírme con los amigos y soy feliz”.
En asuntos profesionales, el cambio de representante/marido le vino de perlas porque a diferencia de etapas anteriores las buenas ofertas se acumulan y puede elegir lo que mejor le conviene. La serie televisiva ‘Herederos’, por ejemplo, le ha supuesto la tranquilidad económica, pero sobre todo de espíritu. Protagonista indiscutible, su personaje de Carmen Orozco lo borda. A todas estas buenas noticias habría que añadir quizá una de las más importantes. Al menos en el aspecto crematístico. Hace quince días la Audiencia Provincial de Madrid dictó una sentencia donde la absolvía de sus deudas con Hacienda.
Según la justicia, Concha Velasco no es responsable de los impagos de las sociedades que compartía con su marido Paco Marsó, que en cambio sí ha resultado condenado. Hay que recordar que las deudas por impago de los años 96, 97 y 98, más la multa, ascendía a cerca de 800.000 euros.
Durante un tiempo, a Concha Velasco parecía que le había mirado un tuerto. No había semana que no tuviera un disgusto. Mejor dicho, no pasaban siete días sin que algo o alguien de su entorno le creara problemas.