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Los falsos caprichos de Naomi Campbell
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Los falsos caprichos de Naomi Campbell

Tras dedicar el marzo pasado cinco días de su vida a limpiar los aseos de un depósito de basura de Nueva York por impositivo legal, Naomi

Foto: Los falsos caprichos de Naomi Campbell
Los falsos caprichos de Naomi Campbell

Tras dedicar el marzo pasado cinco días de su vida a limpiar los aseos de un depósito de basura de Nueva York por impositivo legal, Naomi Campbell ya no es la que era. Al menos en lo que se refiere a peticiones extravagantes y excéntricas como sucedió en su último viaje a Madrid. Cuando regresaba de madrugada al hotel Santo Mauro donde se alojaba, pidió una hamburguesa. Pero no servía la del establecimiento. Tenía que ser del Burger King o McDonald y a esa hora era prácticamente imposible cumplir sus deseos. Cuando por fin, y tras muchas peripecias, lo consiguieron, ya no la quería.

Este tipo de originalidades, más las peticiones por contrato -agua mineral especial, fruta tropical, toallas de color determinado, CD’s, limusina…- traía de cabeza a las firmas que la querían contratar. Aparte de su altísimo caché, que no hay duda de que lo vale. Por su última aparición publicitaria en el programa televisivo Bailando con le Stelle, equivalente italiano a nuestro Mira quién baila, ha cobrado 80.000 euros.

El jueves será junto a Elle Machperson una de las invitadas y premiadas de la fiesta organizada por Joana Bonet, directora de la revista Marie Claire, para celebrar el aniversario del mensual así como sus premios de moda. Naomi, que pasará veinticuatro horas en Madrid, no ha solicitado ninguna extravagancia. Eso sí, en vez de viajar en línea regular lo hará en avión privado. Viaje de ida y vuelta con los detallitos que suelen servir en este tipo de servicio aéreo. Tal y como ha resultado la experiencia con la fregona, no estaría mal que alguno de nuestros famosos maleducados la utilizaran de vez en cuando.

Tras dedicar el marzo pasado cinco días de su vida a limpiar los aseos de un depósito de basura de Nueva York por impositivo legal, Naomi Campbell ya no es la que era. Al menos en lo que se refiere a peticiones extravagantes y excéntricas como sucedió en su último viaje a Madrid. Cuando regresaba de madrugada al hotel Santo Mauro donde se alojaba, pidió una hamburguesa. Pero no servía la del establecimiento. Tenía que ser del Burger King o McDonald y a esa hora era prácticamente imposible cumplir sus deseos. Cuando por fin, y tras muchas peripecias, lo consiguieron, ya no la quería.