Genoveva Casanova o cómo elevar el caché inventando novios

El todo Madrid esperaba la fiesta de Vasari de este miércoles con una inusitada expectación. Las joyas parecían ser lo de menos: por fin, semanas después del anuncio de divorcio y tras el amago de Cayetano Martínez de Irujo de soltar en un programa de televisión (de esos del cuore que tanto detesta) todo lo que hasta ahora se ha callado, Genoveva Casanova iba a asistir como invitada de honor a un acto público y (cosas de los acuerdos comerciales entre famoso de turno y marca en promoción) respondería a los medios de comunicación presentes sobre lo divino y lo humano.

Las caras de intriga se tornaron en expresiones de sorpresa. Con la boca bien abierta se ha recibido la noticia de que el número de diciembre de la revista Telva incluye una entrevista (gratuita) con Genoveva. Colmada de joyas de la nueva colección de la Maison española, la ex del conde de Salvatierra se explaya en todo tipo de asuntos personales (“Aguanto mucho hasta que exploto”, reza, como si de la canción de Raffaella Carrá se tratara, uno de los crípticos titulares).

Y es que desde Nueva York, donde se realizó la entrevista, estando alejada del mundanal ruido de los flashes de los paparazzi, se ve todo con otra perspectiva y es más fácil lanzar la bomba de una posible nueva relación sentimental para la mexicana. Y de golpe, Genoveva se vuelve a casa con dos pájaros de un tiro.

Con la exclusiva en Telva, la nuera de la duquesa de Alba se libra de tener que dar explicaciones públicas sobre el abrupto fin de su relación de pareja (además, no lo hace en la prensa del corazón, sino en la femenina, con la pátina de ‘respetabilidad’ que conlleva) y da pista de salida para que la prensa pueda seguir hablando sobre ella, lo que redundaría en un generoso incremento de su caché público.