Los lamentos de Cayetano

De toda la vida se ha dicho que la buena educación se demuestra en la mesa y en el juego. Vamos, que hay que saber perder con la misma finura con la que se elige la paleta de pescado. Pues Cayetano Martínez de Irujo, por muy Alba que sea, sigue sin encajar las derrotas, y mucho menos sus limitaciones.

La última demostración fue el pasado sábado, en la copa Telefónica del Concurso Hípico de Saltos en Casas Novas. El marqués abandonó la prueba a los pocos segundos de haberla iniciado y tras tirar más palos de los que hubiera querido. Otros jinetes, también con palos en el suelo, terminaron el recorrido, pero Cayetano no. Vio, perdió y se largó.

En lugar de admitir su derrota, luego fue quejándose con algunos curiosos que se acercaron a saludarle de que su caballo estaba viejo y de que él ya no tenía dinero suficiente para más pura sangres porque ahora todos sus ingresos se los dedica a sus hijos.

Para el conde de Salvatierra, el mejor regalo de Reyes sería una firma patrocinadora que le comprara los caballos que necesita, pero hasta la fecha no hay candidatos que quieran apostar por su imagen más que en entredicho públicamente a raíz de todos los escándalos que ha protagonizado. Si a eso se añade el mal carácter que gasta cada vez que se encuentra con un micrófono... Como siga así va a tener que pedirle a su mujer Genoveva que le preste algo de lo que gana con Vasari para poder seguir saltando en los circuitos de hípica. ¡Quién se lo iba a decir!