Leonor la arma con una pandereta

Allí donde va, triunfa. Leonor, la primogénita de los Príncipes de Asturias, ha convertido su simpatía en una marca de la casa. Y así lo demostró en la fiesta infantil navideña de su guardería, donde la pequeña se encuentra muy integrada desde que comenzó el curso. Ni don Felipe ni doña Leticia, por una vez relajada, quisieron perderse las primeras monerías escolares de su niña que armó un gran revuelo con una simple pandereta.

El pasado miércoles, a las 12 de la mañana, se celebró la fiesta navideña de la Escuela Infantil que la Guardia Real tiene en el Palacio de El Pardo, a la que asiste Leonor desde el pasado mes de septiembre. Como en la mayor parte de ‘coles’ de España, a la niña le tocó disfrazarse. No iba ni de pastorcillo ni de Virgen María, sino que se colocó un traje de angelito de color azul y blanco. Incluso llevaba alas para hacer más real su papel.

A Leonor parece que le gustó la idea porque pasó un día inolvidable. Según los presentes fue la reina de la fiesta, donde derrochó simpatía a raudales. La Infanta, como una más, cogió una pandereta para amenizar la estancia a los pacientes padres e, incluso, cantó villancicos juntos a sus compañeros de colegio. Sólo le faltó pedir el aguinaldo.

Pero los padres también formaron parte del festejo infantil. No sólo vieron las monerías de sus niños, sino que tomaron un pequeño aperitivo cortesía de la propia guardería. Por ello, los Príncipes de Asturias, padres comprometidos donde los haya, asistieron al ágape escolar. Allí, y por una vez, se pudo ver a una Letizia mucho más relajada, sin la presión propia de los actos públicos y sonriendo con su pequeña. Y es que madre no hay más que una.