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Los novios de Carmen Cervera
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Los novios de Carmen Cervera

Estos días se habla mucho de la relación sentimental de Tita y Javier Báñez, el amigo para todo que siempre ha estado y está a su

Foto: Los novios de Carmen Cervera
Los novios de Carmen Cervera

Estos días se habla mucho de la relación sentimental de Tita y Javier Báñez, el amigo para todo que siempre ha estado y está a su vera. Incluso formó parte del cortejo nupcial en las celebraciones pre y post nupciales de Borja y Blanca. Su papel no fue el de topo infiltrado por la baronesa para cuantificar gastos y querencias de la familia y allegados Cuesta, sino porque la relación con el novio es profunda y entrañable. No hay que olvidar que Javier fue profesor de kárate durante muchos años del joven Thyssen. De enseñar artes marciales pasó a formar parte del entorno amistoso y afectivo del resto de la familia. La abuela Carmen le tenía mucho aprecio y la baronesa encontró en él un apoyo cuando desapareció su marido.

A pesar de ser una mujer cosmopolita e internacional tienen muy pocos amigos incondicionales. De esos que sabe que ni la van a engañar ni intentarán aprovecharse de ella los puede contar con los dedos de una mano. Antonio Salcedo, Javier Báñez y la pintora Mercedes Lasarte forman parte de ese grupo de íntimos al que alguna vez se han sumado videntes, fotógrafos y costureros de segunda fila a los que pronto arrinconó por largar más de la cuenta.

Muy dada a abrir las puertas de su casa, a la gente que conoce en una reunión informal le realiza “un estudio” para comparar entre lo que dicen ser esos nuevos conocidos y la verdadera realidad biográfica de cada uno de ellos. Por si acaso se cuela un paparazzi disfrazado de potentado norteamericano.

Pero cuando el currículo concuerda con el de sus investigaciones se rompen las barreras de la sospecha y a compartir pan con tomate en la villa de Sant Feliú, donde realmente tiene establecido su cuartel general. Estas navidades, finalmente, no se marchó al palacio de Lugano como en principio había previsto. Prefirió quedarse en la Costa Brava junto a sus hijas y a un grupo mínimo de amigos. A pesar de las especulaciones y las afirmaciones del entorno de los Thyssen-Cuesta, no hubo reencuentro amoroso y filial en Nochebuena, Navidad o San Esteban, una fiesta muy celebrada en Cataluña. Días antes, en cambio, sí almorzó con Borja como suele ser habitual desde que decidió apartar de su vida a la futura madre de su nieto.

Precisamente, las reuniones familiares de Navidad son las que han originado las especulaciones sobre el cambio experimentado en la relación de Carmen y Javier Báñez, su caballero andante. Que si han roto porque no estuvieron juntos compartiendo la cena del 24 de diciembre, ni la del 25 de diciembre; que ese distanciamiento se debe a ciertos malentendidos con Borja; que la supuesta ruptura tienen que ver con nuevas ilusiones aparecidas en las vidas respectivas de ambos; que Javier está harto de las indecisiones de su dama… En fin, variaciones sobre el mismo tema cuando la realidad parece que es otra.

Por el momento, Carmen Cervera ni tiene novio, ni amistad internacional que le haga mariposas en el estómago. Su relación con Javier Báñez se encuentra en el mismo punto de siempre. Es decir, el ex profesor de kárate es una parte muy importante en el organigrama afectivo de Tita. Pero ni se va a casar con él, ni habrá nunca presentación como pareja oficial.

Respecto a la relación con su ex novio y padre de Borja, Manolo Segura, es espléndida desde hace años. El publicista está casado con una abogada y forman una pareja estable que mantiene lazos amistosos con la baronesa y su familia mucho antes de que Borja y Blanca decidieran convertirse en paquete de exclusivas mediáticas. Tampoco se ajusta a la verdad las apariciones fantasmales de un supuesto novio norteamericano dueño de pozos de petróleo y de otro candidato a los favores de la baronesa que pertenece al mundo del arte. Carmen Cervera se encuentra afectivamente satisfecha. Lo único que quizá la desestabiliza son los desencuentros con la nuera. El resto lo tiene cubierto.

Estos días se habla mucho de la relación sentimental de Tita y Javier Báñez, el amigo para todo que siempre ha estado y está a su vera. Incluso formó parte del cortejo nupcial en las celebraciones pre y post nupciales de Borja y Blanca. Su papel no fue el de topo infiltrado por la baronesa para cuantificar gastos y querencias de la familia y allegados Cuesta, sino porque la relación con el novio es profunda y entrañable. No hay que olvidar que Javier fue profesor de kárate durante muchos años del joven Thyssen. De enseñar artes marciales pasó a formar parte del entorno amistoso y afectivo del resto de la familia. La abuela Carmen le tenía mucho aprecio y la baronesa encontró en él un apoyo cuando desapareció su marido.