El trabajo de Telma Ortiz

Desde que llegó a Madrid y se supo que estaba embarazada, Telma Ortiz se ha convertido en el personaje más buscado por reporteros y paparazzis. Y sobre todo a raíz de la portada de ¡Hola!, que tuvo esa semana una excelente acogida entre los lectores habituales y no habituales de la revista. Si en su momento interesaba el mundo Letizia, ahora es el mundo Telma y todo lo que le rodea lo que despierta interés mediático (Ver ‘La verdadera historia de Telma Ortiz’).

Aunque en su día se dieron datos inexactos y parecía que Telma ejercía como voluntaria sin cobrar un euro, lo cierto es que la economista trabaja en calidad de contratada por la Agencia Española de Cooperación Internacional, con sueldo, dietas y demás derechos de cualquier trabajador en las mismas condiciones. Tampoco es funcionaria por oposición ni en este organismo ni en ningún otro.

Uno de sus atractivos, además de los idiomas, es su disponibilidad para viajar. Una característica que seguramente variará cuando nazca su hija. O puede ser que no. Dependerá seguramente de lo que haga el novio, que sí es delegado de la Cruz Roja en Filipinas y un hombre muy respetado y querido dentro de la organización. Hace unos días Telma Ortiz visitó a sus antiguos compañeros en la sede central que la Cruz Roja tiene en el Plantío.

Hay dos versiones para esta visita. Una, que se trataba sólo de un encuentro festivo con los que fueron sus colegas. Se supone que para contarles de primera mano lo feliz que se encontraba por su futura maternidad. La otra interpretación tendría que ver con temas de tipo laboral. Es decir, que podría volver a su antiguo trabajo desempeñando un cargo dada su experiencia y currículo profesional.

Mientras tanto, Telma ha conseguido esquivar a la prensa. En anteriores ocasiones se desplazaba en moto propia o ajena (pudiera ser la de un escolta) y era casi imposible seguir su rastro. Ahora que vive a caballo entre el domicilio de su madre y el de su hermana/princesa es aún más complicado. El recinto del Palacio de la Zarzuela tiene varias salidas y, por tanto, el seguimiento es muy complicado. Telma Ortiz se ha propuesto ser invisible y para eso cuenta con el engranaje que la hermana ha puesto a su disposición.